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Un brote de hepatitis que envió a los hospitales a 41 residentes en
la central provincia de Monseñor Nouel fue contenido tras
confirmarse que se debió a la ingestión de agua contaminada con
materia fecal.
Los estudios demostraron que la hipótesis de la contaminación del
acueducto de la zona de Jima como origen del brote es correcta,
admitió Bautista Rojas, secretario de Salud Pública.
Añadió que los 12 pacientes internados en los hospitales, de los
41 infectados por esa causa, están fuera de peligro y aseguró que su
dependencia adoptó las medidas profilácticas de rigor.
De su parte, el organismo que controla el suministro de agua
refutó las alegaciones del titular y estableció una diferencia entre
el agua que consume la población y la que sirve ese ente.
Un portavoz de la dependencia aseguró que la supervisión de la
calidad del agua es una de sus preocupaciones permanentes, pero
Salud afirma que alertaron con tiempo de la situación.
En esta capital, el común de los consumidores, incluidos los de
menos recursos, prefieren adquirir agua filtrada por medios
industriales, debido a las pobres condiciones de higiene ambiental.
La escasez de alcantarillados y la creciente polución de las
fuentes y el manto freático, en especial en época de lluvias, son
otras causas de la baja calidad del agua potable.