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El Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) de Bolivia recuperó
en lo que va de año siete millones de hectáreas de tierras
improductivas, destacó hoy su director, Juan Carlos Rojas.
De acuerdo con Rojas, la meta fijada es de nueve millones y forma
parte de una política dirigida a favorecer a sectores históricamente
marginados, como los indígenas y los campesinos.
Informó que la finalidad de este trabajo es detectar las parcelas
que no cumplan la Función Económica Social (FES), además de
establecer si existen o no personas sometidas a condiciones de
servidumbre.
Añadió que si se llegara a verificar relaciones de esclavitud en
los predios sometidos a este proceso, automáticamente se revierten
al Estado y luego se redistribuyen.
"Toda la información que recabemos servirá para saber si esta
persona (propietario) tiene documentación legal y si está cumpliendo
la FES , precisó.
Rojas explicó que recientemente en el Chaco cruceño de los 52
predios identificados, en 20 completaron el trámite y sólo tres
hacendados se opusieron.
Para ello tenemos brigadas que recorren los lugares -precisó-,
miden las extensiones de tierra, contabilizan las cabezas de ganado
y las superficies cultivables.
El director del INRA resumió la importancia de Alto Parapetí,
ubicado en la santacruceña provincia de Cordillera, en la iniciativa
gubernamental de garantizar el uso adecuado de la tierra para
desarrollar al país y erradicar la servidumbre.
En dicha región existen denuncias de semiesclavitud, además de
ser en ese entorno del Chaco boliviano donde en 1952 fue frenada por
la violencia la entonces emprendida reforma agraria, precisó.