Favorables opiniones provoca en los habitantes de la provincia de
Las Tunas el nuevo modelo para la formación del trabajador social
cubano, pues concibe el proceso docente-educativo en interacción con
la comunidad.
Alumnos, padres y profesores consideran que la creación de escuelas
con esos fines en todos los municipios del país implica mucho más a
los educandos, el claustro, la familia y el barrio en el cumplimiento
de los objetivos instructivos y la defensa y consolidación de los
mejores valores humanos.
Como la mayoría de los tuneros entrevistados al respecto por la AIN,
ese criterio lo asumen Lisandra Güides, Yoannys Vázquez, Minerva
Gómez, Asiel Lluch y Juan Antonio Pérez, adscritos a la Casa de
Estudio Manuel Ascunce Domenech, una de las 131 con que cuenta el
programa en el territorio.
Oscar Güides, padre de Lisandra, profesor universitario adjunto, y
Auberto Lluch, abuelo de Asiel, economista jubilado y tutor del grupo,
admiten que la municipalización permite, desde el primer día de
clases, el conocimiento y la ayuda mutuos entre el futuro profesional
y el barrio.
La máster en Ciencias Pedagógicas Adelaida Almaguer, directora de
ese sistema de escuelas en la provincia, 670 kilómetros al este de La
Habana, dijo que quienes se gradúen en julio próximo (hay 502
matriculados) estarán mejor preparados, en comparación con sus
predecesores.
Según la también Profesora Auxiliar así será porque los nuevos
trabajadores sociales cubanos, además de formarse en constante
interacción con la comunidad, deben vencer un plan de estudios muy
completo que les proporciona todas las herramientas para contribuir al
bienestar de la población.