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Notable aporte de jardín botánico cubano a la biodiversidad

RAÚL ESTRADA ZAMORA

Con el fin de contribuir al rescate y conservación de la biodiversidad, el Jardín Botánico de Las Tunas trabaja en la reproducción de unas 82 especies amenazadas de extinción, algunas endémicas de Cuba.

Se trata de plantas que por sobrexplotación, destrucción de su hábitat, contaminación u otras causas pudieran dejar de existir en un futuro próximo, si no se adoptan las medidas adecuadas.

Entre la flora protegida ex-situ (fuera de su natural espacio) hay ciertas variedades en peligro crítico de desaparecer como el yarey, el ébano amarillo, la acacia y otras, de valor económico, ambiental, farmacológico u ornamental, muchas de estas ya crecen y se propagan en el jardín tunero.

La labor es parte de una estrategia integrada que comprende también la conservación (en el propio lugar), y en tal sentido, los especialistas y los restantes trabajadores de la institución desarrollan un programa cuyo impacto se extiende a todo el archipiélago.

Como integrante de la red de jardines botánicos cubanos, el de Las Tunas, 670 kilómetros al este de La Habana, colabora en dos proyectos nacionales, uno dirigido al estudio de la familia Cyperaceae (herbáceas) y el otro a la localización y clasificación de las variedades de palmas.

Raúl Verdecia, experto en esos quehaceres y director del parque descubrió junto al colega italiano Carlo Morici, la especie de palmera número 88 de la Isla, la Coccothrinax tórrida, ubicada en el extremo suroriental del país. (AIN)

 

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