Lo que comenzó en 1962 con la erradicación de la poliomielitis se
convirtió en característica de nuestro sistema, pues hoy muchos
coinciden en señalar a Cuba como el país más vacunado del mundo, donde
el Estado protege a sus niños, de manera gratuita, contra 13
enfermedades.
Miles de pequeños no comprendieron quizás el porqué de ir al médico
en busca de una golosina. Tanta grandeza en poco espacio fue para
muchos magia. Caminar, vivir¼ estar sanos
gracias a un caramelo debió parecerles cuento de hadas. Pero nada más
alejado de la realidad.
La Revolución emprendía la primera de las infinitas campañas para
inmunizar a su pueblo. No eran hadas, eran hombres y mujeres
preocupados y dispuestos. Tampoco era un cuento. Fue tan real que hoy,
por si necesitara de mayores aclaraciones continúa mostrándose.
La poliomielitis no se asociaría más al sufrimiento. La prevención
imprimía aires de tranquilidad. Atrás quedaban los 1 162 casos
detectados entre 1957 y 1961 en los que el 76,6% de los enfermos eran
niños menores de cinco años. Esas cifras no acompañarían jamás a la
infancia cubana.
Resultaba lamentable que ningún medicamento pudiera contrarrestar
los efectos en las víctimas de esta enfermedad que en ocasiones,
además de invalidez de músculos, puede causar la muerte. Debía la
Revolución cubana, con los especialistas de Salud al frente, impedir
que tales secuelas se volvieran constantes cada año. Para ello la
campaña masiva iniciada este día de1962.
Además de las dificultades que el sistema sanitario experimentaba
debido al éxodo del 50% de sus médicos, enemigos de la Revolución
intentaban confundir a las madres para evitar la inmunidad de sus
hijos. Adversidades en la transportación de la "vacuna-caramelo", que
requería de bajas temperaturas para no perder efectividad, y su rápida
conducción a los lugares más apartados de la nación, fueron otros de
los desafíos que se debieron enfrentar.
El éxito de la primera campaña contra la poliomielitis fue
corroborado incluso por Albert Sabin, descubridor de la vacuna
antipoliomielítica oral (OPV), en una visita a nuestro país. La
reducción, y posteriormente la erradicación definitiva de la
enfermedad en todos los lugares del país, demostraría el verdadero
logro de una labor humanitaria que reclamó la colaboración de varias
organizaciones, pues miles de voluntarios de los CDR, e integrantes de
la FMC y la ANAP se unieron en la primera gran tarea de salud.
Solo 46 casos se detectaron en 1962. Pudiera parecer elevada la
cifra, pero bastaría compararla con los 288 y 342 enfermos en 1959 y
1961, respectivamente. Era incuestionable, la primera campaña
antipoliomielítica marcaba la diferencia. Más de 2 millones de niños y
adolescentes menores de 15 años fueron vacunados.
En aquella ocasión se alcanzó una cobertura del 87,5%, el
porcentaje de la población destinataria. La prensa de la época hablaba
de los logros y explicaba los beneficios. Las posibilidades de
contraer el virus una vez vacunados era de una frecuencia mínima: 1 de
cada 3 600 000.
Teniendo en cuenta la incidencia de la poliomielitis hasta 1962,
especialistas cubanos afirman que entre ese año y 1970 se previnieron
1 200 casos de parálisis y 200 defunciones.
Año tras año la sistematicidad cubana de esta campaña preventiva ha
convertido la poliomielitis en enfermedad erradicada. Sin embargo, a
pesar de que hace más de medio siglo la humanidad dispone de este
tratamiento inmunizador, todavía se conoce de niños invalidados por
esta causa en otros lugares del mundo.