La controversia sobre la invasión
de Iraq reanuda desde hoy el debate entre el presidente George W. Bush
y los demócratas, quienes intentan revocar las facultades concedidas
en 2002 al mandatario para la agresión al país árabe.
Líderes del partido opositor en el Senado prevén introducir esta
semana un proyecto de ley que restringe la presencia norteamericana en
el país árabe y estipula el regreso a casa de los 150 mil soldados
desplegados en esa nación, antes de marzo de 2008.
La iniciativa permite la presencia de algunas guarniciones
estadounidenses, dedicadas sólo a entrenar a las fuerzas de seguridad
iraquíes.
Todo indica que la polémica sobre los despliegues en Iraq ganará
fuerza, luego del anuncio del gobierno británico de comenzar, de
manera parcial, la retirada de sus fuerzas del país del Golfo Pérsico.
El líder de la mayoría demócrata en la Cámara alta, Harry Reid,
consideró que el primer ministro Anthony Blair "había ganado
conciencia de una realidad" que Bush seguía "obstinadamente" negado a
aceptar.
El sábado último, en su habitual discurso radial a los
estadounidenses, el partido opositor instó al Presidente a imitar el
ejemplo de Blair, su gran aliado en la embestida bélica contra la
nación centro-asiática.
"¿Por qué miles de nuestros soldados son enviados ahora a Iraq,
mientras que Gran Bretaña decidió abandonar?", preguntó el ex
embajador de Estados Unidos ante la ONU Richard Holbrooke, al dar
lectura al mensaje de la organización.
Los demócratas sugirieron a Bush dedicarse a promover una amplia
actividad diplomática y a retirar sus tropas del país del Golfo
Pérsico, como vía para garantizar los intereses norteamericanos en el
Oriente Medio.
El jueves, la ex jefa de la diplomacia norteamericana Madeleine
Albright aseguró que la invasión y ocupación de Iraq pasará a la
historia como el mayor desastre de la política exterior
estadounidense.
En una comparecencia en el Centro Carter, en Atlanta, Albright
enfatizó que su país perdió la autoridad moral, y dependerá del
próximo presidente de la nación restaurar el poder a nivel
internacional.
Analistas estiman que el proyecto demócrata en el Senado enfrentará
la oposición de la minoría republicana, la cual recientemente bloqueó
una medida opuesta al envío adicional de 21 mil 500 soldados a Iraq.
La iniciativa de los opositores sólo alcanzó 56 de los 60 votos
necesarios para aprobar la resolución.
No obstante, a mediados de febrero Bush recibió un duro golpe,
cuando la Cámara de Representante dio luz verde a un documento no
vinculante, opuesto al refuerzo de las tropas, estipulado en la
llamada nueva estrategia de la Casa Blanca para Iraq.