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El presidente George W. Bush reafirmó hoy su defensa de una escalada
militar estadounidense contra Iraq, y advirtió que el Congreso no
puede revertir una decisión "ejecutiva y bien ponderada".
En un discurso desde la Casa Blanca la pasada semana, el gobernante
republicano anunció su resolución de despachar 21 mil 500 tropas de
refuerzo al país árabe, pese a los tres millares de muertos
norteamericanos por la guerra.
Mi administración trabajará con énfasis para recabar el apoyo
popular hacia el nuevo plan bélico. De cualquier forma, sus resultados
o consecuencias no son responsabilidad de las cámaras parlamentarias,
apuntó el mandatario a la cadena CBS.
Es mi responsabilidad poner la propuesta en marcha, y si los
demócratas piensan cortar los fondos, deberán explicar muy bien a los
ciudadanos las eventualidades derivadas de sus actos, agregó Bush.
Sin embargo, la iniciativa ha generado una amplia ola de críticas e
inquietud en la bancada demócrata y también en varios republicanos,
quienes advirtieron que el aumento de efectivos podría acarrear una
crisis mayor para Washington.
Los políticos opositores a la Casa Blanca abogan por un retiro
gradual de las tropas estadounidenses de Iraq a partir de mediados de
2007. Creo que la estrategia del Presidente no es una solución. Es un
error trágico, señaló el senador Joe Biden.
Esta es una táctica desatinada que hundirá más a Estados Unidos en
una situación que no se puede ganar y a un gran costo, agregó el
legislador republicano Chuck Hagel.
Un sondeo de ABC News y el Washington Post reflejó que el 61 por
ciento de los norteamericanos entrevistados se oponen al plan de
enviar más soldados al Oriente Medio, frente a 36 por ciento que
respalda al mandatario.
Según la encuesta, el 57 por ciento de los estadounidenses cree que
la guerra se está perdiendo y apenas el 29 por ciento piensa lo
contrario.
El senador de Massachusetts Edward Kennedy llamó al Congreso a
bloquear el compromiso de Bush sobre la conflagración, y pidió
suspender los capitales destinados a la contienda de intervención en
la nación oeste-asiática.