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Insiste presidente estadounidense en envío de tropas a Iraq

WASHINGTON, 15 de enero (PL).— El gobierno del presidente estadounidense George W. Bush insiste hoy en el envío a Iraq de más de 21 mil 500 soldados, pese a la creciente oposición popular y de congresistas demócratas a esa medida.

El vicepresidente Dick Cheney sostuvo la víspera que el desacuerdo en el Congreso no afectará el plan gubernamental de insertar más militares en territorio iraquí, e indicó que la guerra es una atribución del poder ejecutivo.

Cheney recordó a los demócratas, quienes adelantaron que bloquearán en ese órgano una partida de 100 mil millones de dólares pedidos por el mandatario, que el presidente es el comandante en jefe de las fuerzas armadas y le compete tomar decisiones difíciles.

Esas declaraciones ocurren cuando la Cámara Baja y el Senado, controlados por los demócratas, desarrollan audiencias sobre el conflicto bélico iraquí y votan resoluciones contrarias a la decisión del Ejecutivo de mandar más uniformados a Iraq.

En medio del fuerte debate, el representante demócrata Briand Baird prometió a la población norteamericana que el nuevo Congreso continuará enfrentando la fracasada política de Washington, la cual, en su opinión, "ha costado demasiado".

Baird señaló que además de los más de tres millares de soldados muertos en Iraq, en su mayoría jóvenes, y de otros 20 mil lesionados, el Pentágono ha gastado en esa guerra más de 300 mil millones de dólares.

La líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, subrayó en los últimos días que su bancada demócrata impedirá la aprobación de multimillonarios fondos con destino al conflicto iraquí.

Una encuesta de la cadena de televisión CNN, reveló que el 66 por ciento de los estadounidenses son contrarios al programa del presidente, el cual contempla sumar más soldados a los cerca de 150 mil militares desplegados en suelo iraquí.

De acuerdo con la empresa Opinión Research Corp, que realizó la encuesta para CNN, al menos dos tercios de los mil 93 estadounidenses consultados afirmaron que el mandatario Bush carece incluso de un plan claro para Iraq.

Bush admitió recientemente que su nuevo plan para Iraq enfrenta el escepticismo del Congreso y de vastos sectores sociales en Estados Unidos.

También expresó que muchos legisladores consideran que el nuevo enfoque bélico es apenas más tropas para la misma estrategia en ese país árabe, ocupado por fuerzas anglo-estadounidenses desde marzo de 2003.

Insistió en que la misión de los militares es contribuir a la seguridad de la población iraquí, principalmente en Bagdad.

Sin embargo, es criterio generalizado que Estados Unidos se empeña en alcanzar ventajas a toda costa en el campo de operaciones militares.

En opinión de analistas, en el país árabe están en juego también los intereses de las compañías petroleras estadounidenses, que temen perder el control sobre esas riquezas.

 

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