El rotativo revela que la hostilidad aumentó contra la decisión del
gobernante Bush de incrementar el número de soldados estadounidenses
en el país árabe, ocupado desde marzo del 2003.
Según el Times, el Gobierno holandés, que retiró sus fuerzas
militares de Iraq en el 2005, consideró que la decisión de Bush "no
cambia en nada" el complejo panorama bélico iraquí, y España opinó que
"solo soluciones políticas pueden resolver la crisis que afecta la
estabilidad en la región" del Oriente Medio.
En Alemania, el periódico Süddeutsche Zeitung reseñó: "Bush espera
rociar el fuego iraquí con la sangre de americanos", y otros medios de
prensa critican la insistencia del primer ministro británico, Anthony
Blair, de defender la intervención en Iraq y Afganistán.
El Times indicó, por otra parte, que Bush rompió con las esperanzas
de muchos de evitar un aumento de soldados en territorio iraquí, e
incluso buscar el diálogo con Siria e Irán para que medien en ese
conflicto. PL recuerda que un sondeo de la consultora Gallup arrojó
que el 61% de los estadounidenses está en contra de mandar refuerzos a
ese Estado del oeste-asiático, y otro de la CNN lo hizo ascender al
66%.