WASHINGTON, 24 de marzo (PL).—
La propuesta del presidente estadounidense George W. Bush de aprobar
un programa de trabajadores huéspedes dentro de una reforma
migratoria enfrenta hoy una seria oposición dentro de su propio
partido, el republicano.
Un asunto importante cuando su época
de gobernador en Texas y esencial para atraer el voto de los
hispanos hacia las filas republicanas en las últimas elecciones,
ahora es problemático para Bush precisa en su edición de hoy el
diario The New York Times.
Los republicanos objetan la idea de
la Casa Blanca de trabajadores huéspedes, mientras insisten en
cerrar la entrada de inmigrantes ilegales desde México aduciendo
problemas de seguridad, indica el rotativo.
Plantea el diario que no está claro
el apoyo que recibirá Bush de las filas demócratas para hacer
avanzar su iniciativa en un año de elecciones en el Congreso.
El tema migratorio ocupara al
plenario del Senado a partir del 27 de marzo cuando los legisladores
debatan algunas mociones en las que se mezclan asuntos de seguridad,
economía e identidad nacional.
Las deliberaciones sobre el tema
coinciden con el encuentro que sostendrá Bush con el presidente
mexicano, Vicente Fox, en Cancún.
Esto pone al mandatario en apuros,
pues enfrenta dos importantes sectores de su entorno. Por un lado a
los grandes empresarios agroindustriales y por el otro a los
conservadores.
Políticamente, en un año electoral,
Bush debe satisfacer a sus partidarios más conservadores, señala
el Times.
Este sector ve a la inmigración
ilegal como una fuente de tensión en las escuelas, el sistema de
cuidado de salud y la economía.
Algunos de sus voceros alegan que la
identidad nacional podría verse afectada por un torrente de obreros
hispanohablantes de bajo ingreso.
Para enfrentar la situación Bush
insiste en un texto que intenta satisfacer a ambos grupos algo muy
difícil en opinión de analistas.
La víspera en un encuentro con la
prensa en la Casa Blanca, el mandatario instó al Congreso a
conducir un debate "civil y digno" en materia migratoria
para arribar a una reforma integral de las leyes.
Las declaraciones del gobernante tras
reunirse en la Casa Blanca con una coalición que aboga por una
reforma integral, se produjeron en la víspera de la 22a. reunión
binacional entre Estados Unidos y México que se conduce hoy en esta
capital.
La semana entrante se anticipa un
contencioso debate migratorio en el Senado.
El miércoles el líder de la
minoría demócrata del Senado, Harry Reid, dijo durante una gira
por la frontera que no descarta maniobras dilatorias para bloquear
cualquier proyecto que llegue al pleno sin el aval del Comité
Judicial.
El dirigente de la mayoría
republicana, Bill Frist, amenazó con someter al Senado su propia
iniciativa, desconociendo el trabajo del Comité Judicial.
Las declaraciones de Bush dejan la
puerta abierta a algún tipo de solución para los indocumentados
aunque sin precisar cuál debe ser esa solución, lo que le crea un
enfrentamiento con su propio partido.