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Obtener la sede del 26 no quiere decir que todo este resuelto
Los modestos resultados de la provincia se deben a la grandeza de nuestro pueblo, a su estirpe y conciencia revolucionaria
JOSÉ ANTONIO
FULGUEIRAS
Roberto
López Hernández, desde la dirección del Partido en Villa Clara,
contribuyó, como muchos otros cuadros, a mantener el trabajo
estable en el terreno económico, social y político, lo que sitúa
a la provincia como la más destacada del país en los últimos
siete años.
Anduve tras él en medio
del jolgorio inacabable que viven los villaclareños luego de haber
sido declarado el territorio, por segundo año consecutivo, el mejor
de la Isla en la emulación por la efeméride del 26 de Julio, y a
pocas horas del acto nacional que honrará el aniversario 51 del
asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
—Antes
de que se consumara este nuevo salto victorioso, la gente comentaba
por la calle que su debut como Primer Secretario reclamaba la mayor
entrega, pues Díaz-Canel, al estilo de Sotomayor, le había dejado
la varilla muy alta.
—Siempre
he reconocido el papel desempeñado por el compañero Miguel
Díaz-Canel en los resultados de esta provincia y en la formación
de todos los que integrábamos el equipo de trabajo. Comprendo,
cuando expresas que él dejó la varilla muy alta, que utilizas el
nombre del cuadro principal para hablar del esfuerzo de mucha gente,
especialmente del pueblo, que con su actuar heroico le da la altura
a la varilla.
Cuando asumí la tarea
solo tenía como intención cumplir con responsabilidad la labor
encomendada, no miré la varilla, sino el soporte, lo vi fuerte y
dispuesto, y comencé a trabajar. Después observé que no había
bajado, incluso subió un poquito más. Volví a mirar los soportes,
los vi impetuosos, alegres, victoriosos. Ya de nuevo estamos
combatiendo; cuando pasen doce meses, volveré a levantar la vista y
vamos a ver dónde está la varilla.
Las obras construidas
con firmes bases no se desploman de ahora para ahorita. La unidad,
la cohesión de trabajo, la manera en que analizamos y compartimos
cada decisión, el sentido autocrítico y crítico con el que
hacemos los análisis y el estrecho vínculo con nuestro pueblo,
permiten que en cada momento el defecto sea resuelto con inmediatez.
—¿Qué
influencia ha tenido en Villa Clara la dirección política del
país?
—Yo
diría que ha sido decisiva en los resultados de la provincia,
porque sus orientaciones, la decisión de acometer diferentes obras,
el control de las tareas, el aliento, las críticas y sugerencias,
han sido imprescindibles en nuestro trabajo.
Lo que modestamente
hemos hecho es usar con racionalidad cada recurso, lograr que cada
programa avance, y propiciar una preparación óptima de los
trabajadores y del pueblo.
Creo que lo más
importante que hemos hecho es escuchar, interpretar bien cada
planteamiento, intervención o discurso de nuestro Comandante en
Jefe, del compañero Raúl o de cualquier dirigente de la
Revolución, para reflexionar y ser consecuentes con sus
orientaciones; hemos tratado de cumplir con eficiencia las
decisiones de la máxima dirección del país.
—¿A
qué le atribuye los resultados del territorio?
—
Los modestos resultados del territorio se deben a la grandeza de
nuestro pueblo, a su estirpe y conciencia revolucionaria. Gracias a
eso creció la producción mercantil en un 6% y la productividad por
trabajador, se usó correctamente el presupuesto y en todos los
sectores se aprecian avances notables, así como estabilidad en el
trabajo.
Predominan
el orden y la limpieza en ciudades y poblados; todo se ha hecho con
menos combustible que el año anterior y mayores limitaciones de
recursos. Lo que hubo en demasía fue la heroicidad de nuestros
trabajadores y del pueblo en general.
El papel de los cuadros
resulta decisivo, porque en verdad nuestro pueblo es grande; pero
grandes tienen que ser también quienes lo guían y orientan, y lo
conducen por caminos de victorias.
—Villa
Clara iba muy bien clasificada durante todo el año, pero días
antes de dar a conocer el resultado final de la emulación, se
comentó la noticia de que Ciudad de La Habana estaba también en
punta. ¿Pensó que nos podía pasar igual que en los play off
contra Industriales?
—Aquí
trabajamos con mucho rigor, con una evaluación constante de cada
tarea, municipio y organismo del territorio; conocemos al detalle la
situación de cada localidad, y en ese actuar constante vamos
resolviendo todos los problemas que se presenten.
Conocíamos que nuestros
resultados eran muy buenos en los aspectos macroeconómicos y por
organismos, al igual que la situación político-moral de nuestro
pueblo. Pero sabíamos también que todas las provincias venían
trabajando duro, y por tanto la pelea no resultaba fácil.
Se comentó lo bien que
marchaban Matanzas, Granma, Camagüey, Cienfuegos, Ciego de Ávila,
y sobre todo, Ciudad de La Habana, capaz de realizar, el pasado 14
de mayo, una gran demostración de pueblo, con la marcha de más de
un millón de personas por el Malecón habanero, frente a la Oficina
de Intereses de los Estados Unidos.
Sentimos que teníamos
competidores muy fuertes, y para ser honesto, aunque no lo
comentamos, sí lo pensamos: ¿nos ganarán también los Azules de
Ciudad de La Habana como en el play off?
—Único
cuadro en la historia de Villa Clara que antes de asumir la
dirección provincial se desempeñó como primer secretario del
Partido en cuatro municipios: Corralillo, Quemado de Güines, Sagua
la Grande y Santa Clara. ¿Bueno o malo?
—Indudablemente
es bueno, y en mi caso, decisivo. Si lo analizas, me asignaron
tareas de territorios más chiquitos y menos complejos, a grandes y
complejos: Sagua la Grande y la capital provincial. Ello me
permitió una mejor preparación como cuadro, un mayor dominio y
conocimiento de una gran parte de esta región.
Me posibilitó, además,
la relación y el intercambio con miles y miles de trabajadores y
con la población de los diferentes municipios. De conjunto
enfrentamos momentos difíciles y alegres. Hoy, al responder la
pregunta de dónde soy, me cuesta trabajo, no olvido mis orígenes
en Quemado de Güines ni mi formación; pero sin duda, tengo un poco
de todos.
—Una
vez me dijo que el maestro que lleva dentro no se le había
desalojado del corazón. ¿Aún le siguen llamando el aula y el
pizarrón?
—El
maestro que llevo dentro no lo he dejado ni lo dejaré; siento
nostalgia por él y hoy mi comportamiento como cuadro, como
revolucionario, tiene que ver mucho con esa noble profesión, pues
un día, por un llamado de nuestro Comandante en Jefe, integré el
Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech.
No hay cosa más bonita
en el mundo que llevar luz a las tinieblas, proponer soluciones a
enigmas o problemáticas que preocupan, aconsejar, dar aliento,
formar valores, incidir en el actuar consecuente. Para serte
sincero, no hay cosa que me emocione tanto como oír a uno de esos
médicos que luchan por la vida aquí y en otros pueblos del mundo,
a un ingeniero, profesor o a un humilde trabajador que me diga:
¿Cómo está, profe?
—Buen
pelotero de primera categoría y gran defensor de la tercera base.
¿Hubiera preferido desarrollarse como deportista?
—Siempre
me he mantenido jugando. La pelota la llevo en la sangre, la
disfruto, y hoy desde una posición diferente, cuando alguien falla
con hombres en base o comete un error, digo: "Mira para eso, por
qué no dio un batazo", pero después recuerdo que a mí
también me pasó, por eso los comprendo y ayudo para que sean
mejores.
—Siempre
habla más de lo que falta por hacer que de lo ya hecho...
—Es
verdad, hablo más de lo que tenemos que hacer que de lo ya logrado,
eso forma parte del estilo de trabajo en la provincia: la
insatisfacción constante, el reconocimiento de los defectos y
errores para enfrentarlos y resolverlos. Para nosotros está muy
claro que obtener la sede del 26 no quiere decir que todo está
resuelto, quedan muchos problemas por solucionar.
—Muy
poca gente sabe que usted es poeta repentista. ¿Pudiera improvisar
una décima relacionada con el 26 de Julio? Si me permite le pongo
el pie forzado: Yo he visto a un pueblo de fiesta/ en las pupilas
del Che:
—En
el batallar constante/ de nuestro pueblo aguerrido/ en el Che hemos
tenido/ al invicto Comandante/ Su estrella como un diamante/ entre
la gente se ve/ y cuando a sus ojos miré/ victorioso en esta
gesta:/ yo he visto a un pueblo de fiesta/ en las pupilas del Che.
· Fidel
encabezará y hablará hoy en el acto central por el Día de la
Rebeldía Nacional
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