LONDRES, 30 de abril (PL).—
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, confirmó hoy
las denuncias de medios británicos sobre las presiones que ejerce
Estados Unidos sobre Gran Bretaña para que despliegue más
militares en Iraq.
En entrevista que publica hoy el
diario The Times, Powell manifestó los deseos de la Casa Blanca
sobre el incremento de la presencia de tropas británicas en ese
país del Golfo Pérsico.
El Secretario de Estado calificó de
útil que el gobierno británico aumente su contingente en suelo
iraquí, donde en la actualidad tiene destacados cerca de 10 mil
hombres.
Pero en un intento por ganarse la
simpatía de los lectores, dijo que de ninguna manera pretende
decirle a Londres lo que debe hacer o no.
También se refirió a la posibilidad
de que Francia despliegue tropas en el suelo iraquí para proteger a
los observadores internacionales durante las elecciones.
Precisamente, París figuró entre
los estados que más se opusieron a la invasión
anglo-estadounidense y luego de la ocupación figuró entre los
primeros en demandar la devolución de la soberanía.
Las declaraciones de Powell se
registran después que la prensa londinense lleva varios días
denunciando que Washington presiona al gobierno británico para que
aumente su presencia en ese Estado árabe y despliegue tropas en
zonas más calientes.
Desde la semana pasada el periódico
The Independent denunció que la Casa Blanca presiona al gobierno
británico para que aumente su contingente con cerca de dos mil
soldados más.
Esas informaciones originaron
contradicciones en el seno del gobierno, al considerar el canciller
Jack Straw la posibilidad de complacer el pedido norteamericano,
poco después de que el primer ministro Anthony Blair lo estimara
innecesario.
En esos días, el diario de The
Guardian reveló que el Ministerio de Defensa se resiste a las
solicitudes de los estadounidenses para que desplace sus militares
más al norte de Basora, precisamente escenarios de una mayor
violencia.
A pesar de que en el Estado árabe
Estados Unidos y sus aliados mantienen destacados cerca de 155 mil
soldados, al parecer resultan pocos al incrementarse las actividades
de la resistencia con un constante hostigamiento a las tropas
ocupantes.
Pero también la retirada de mil 300
españoles, 369 hondureños y 300 dominicanos, vacío que se debe
llenar, se ha convertido en un quebradero de cabeza para el mando de
las fuerzas ocupantes, que ahora deberá redistribuir las tareas,
como reconoció Polonia, a cuyo mando se subordinaban los militares
replegados.
Aunque también se maneja que la
renuencia británica puede responder a los temores de que ese
movimiento implique un aumento del número de muertos entre sus
fuerzas, estimado en cerca de 60 desde que invadió ese país junto
con Estados Unidos en marzo del 2003.