OVIEDO, Asturias.— El historiador
de la Ciudad de la Habana, Eusebio Leal, ofreció una conferencia
sobre las culturas cubanas y españolas en el Paraninfo de la
antigua Universidad de Oviedo, dentro de las jornadas convocadas por
el Primer Seminario Internacional La Humanidad Frente al
Imperialismo que se desarrollan desde el lunes en esta capital del
Principado de Asturias.
"Estamos encontrados, querramos
o no, en las cuestiones del mundo contemporáneo y su debate es el
propósito del evento en el que participamos", consideró Leal,
al iniciar su exposición relacionada con las raíces comunes de las
culturas española y cubana a partir de los procesos de conquista y
emigración desde la península hacia la nación caribeña.
La búsqueda de esa historia
compartida permite darle una explicación al fenómeno de la
modernidad iniciado con el descubrimiento, si entendemos, apuntó,
que venimos de una isla donde se otorga a quienes nacen en ella una
sicología particular por su condición unitaria. Solo no le
pertenece Guantánamo, el pedazo arrebatado a partir de 1898 por
Estados Unidos, apuntó.
Su gente, agregó el prestigioso
intelectual, no la podemos definir como tolerante, sino de un
carácter abarcador que ha permitido, tras una larga batalla, el
reconocimiento de pertenecer a una isla de color cubano. "No
reclamamos para nosotros una determinada etnia, proclamamos con amor
y sencillez nuestra mestiza condición cubana", enfatizó.
Tras un riguroso análisis de cuanto
aportaron andaluces, castellanos, gallegos, canarios y asturianos en
los gustos y costumbres del criollo, Eusebio Leal recordó la huella
de la presencia africana para explicar el proceso integrador que
provocaron esos encuentros hasta conformar los símbolos de la
cubanía.
Hoy son los de América los que
vienen aquí en medio de esa realidad moderna que clama por un
sentimiento de justicia y equidad, manifestó el historiador cubano,
quien preciso que sin embargo "venimos hoy con nuestra
originalidad creativa y lo que pedimos en estos días para Cuba es
comprensión y respeto al escribir nuestro propio destino".
Leal concluyó que "deseamos que
nuestra isla NO sea tocada por las grandes amenazas contemporáneas,
del terror, la persecución y los bombardeos, para que vuele, y como
una mariposa cualquiera, se pose en el corazón de cada uno de
nosotros".