Parálisis facial
JOSÉ
A. DE LA OSA
La parálisis facial por
la que con mayor frecuencia acuden a consulta los pacientes es
designada con el nombre del cirujano y fisiólogo escocés Charles
Bell, quien a principios del siglo XIX realizó importantes aportes
en torno a esta dolencia que sufren los músculos del rostro.
Doctor Zoilo E. Camejo León.
El doctor Zoilo E.
Camejo León, jefe del Servicio de Urgencias del Instituto de
Neurología y Neurocirugía del Ministerio de Salud Pública,
sustenta que cuando se habla de parálisis facial en general los
especialistas se refieren a la pérdida de movimiento de una parte
de la cara (hemicara), que incluye la musculatura de la frente, los
ojos y la boca, y son regularmente de origen secundario a otras
afecciones, y citó entre ellas la diabetes, la intoxicación
alcohólica y el mal de Hansen (lepra).
En lo tocante
específicamente a la parálisis facial de Bell, la más común,
dice que constituye una debilidad o parálisis de los músculos
faciales que comienza repentinamente y es de origen incierto o
inexplicable, porque sencillamente la ciencia no conoce aún el
porqué de su desencadenamiento, aunque se han postulado teorías
que involucran en este padecimiento la presencia de algún virus o
factores relacionados con el sistema inmunológico.
—¿Se sabe,
pregunto ahora al doctor Camejo, especialista de primer grado en
Neurología, qué nervio se daña o desajusta, por decirlo así, en
estos episodios?
—Se
daña el nervio facial encargado de que los músculos de la cara
tengan la movilidad requerida para reflejar normalmente la
expresión del rostro, la mímica.
—Ahora
bien, ¿la aparición de esta parálisis se vincula con el estrés u
otro estado físico o psicológico?
—No
se han podido relacionar como causantes directos de la parálisis de
Bell, que ocurre en sujetos sanos, afecta a hombres y mujeres por
igual, aunque se ve más frecuentemente en mujeres embarazadas.
—¿Podría
graficar cómo se presenta esta dolencia?
—Aparece
de forma repentina, como te comenté inicialmente, y en ocasiones la
debilidad de los músculos faciales se va produciendo en el lapso de
unas pocas horas. Ahora, cuando una parálisis aparece de forma
bilateral, es decir, en ambos lados de la cara, entonces este suceso
resulta secundario a enfermedades específicas del sistema nervioso
central o periférico, como, por ejemplo, al síndrome de
Guillain-Barré.
—¿Cuáles
son las manifestaciones iniciales más comunes? ¿Cada persona puede
experimentarlas de forma diferente o mantienen un patrón similar?
—Los
síntomas más frecuentes son la sensación de babeo por debilidad
de los músculos de la comisura labial, imposibilidad para cerrar el
ojo de la zona afectada, pérdida de la mímica en ese lado de la
cara, dolor detrás de la oreja o en el cuello, intolerancia a los
ruidos. Bien entendido que no hay dos pacientes iguales aunque
tengan la misma enfermedad. Por tanto, estos síntomas no se
expresan con igual intensidad en todos los pacientes.
—¿Qué
exámenes médicos se requieren para establecer o confirmar el
diagnóstico?
—El
diagnóstico es clínico, y se basa en un buen interrogatorio y un
examen físico minucioso. Los estudios electrofisiológicos ayudan a
determinar el sitio de la lesión (el nervio facial afectado) y la
magnitud del daño.
—¿En
qué consiste el tratamiento?
—Los
que más comúnmente utilizamos son los antinflamatorios y el empleo
de masajes faciales. También la autoterapia mediante ejercicios de
mímica realizados frente al espejo. Debo subrayar que en la
terapéutica aplicada a esta afección están contraindicados, en
los estadios iniciales, las aplicaciones de estímulos eléctricos y
el calor.
—¿Cuál
es el pronóstico en la evolución de esta enfermedad?
—De
acuerdo con la experiencia clínica, en alrededor de un 50% de los
pacientes con parálisis facial de Bell en unas pocas semanas les
desaparecen los signos y síntomas, y otro 40% prácticamente en dos
o tres meses. Solo a un 10% de estos enfermos, por razones no
esclarecidas aún para la ciencia, puede quedarles algún grado de
secuela permanente. Por ejemplo, un espasmo facial.
—¿Es
un trastorno que tiende a repetirse?
—Este
proceso puede repetirse en algunos pacientes, aunque ello es
bastante infrecuente.
—¿Quisiera,
doctor, mencionar al menos otro tipo de parálisis facial?
—Te
podría citar la que afecta la musculatura facial inferior (la que
mueve la comisura de la boca), que se observa luego de producirse
una enfermedad cerebrovascular, más comúnmente llamada trombosis
cerebral, embolia.
—¿Algún
mito prevaleciente en el tema que nos ocupa?
—Mencionar
una creencia muy arraigada en la población de que los cambios
bruscos de temperatura pueden desencadenar una parálisis facial.
Investigaciones recientes muestran que esos criterios carecen
sencillamente de sustento científico.
—¿Y
finalmente?
—Tener
presente que cuando una persona presente una debilidad o parálisis
en la cara, debe acudir rápidamente a su médico de familia, quien
determinará la conducta a seguir. |