La película constituye para el autor
de los documentales Yo soy del son a la salsa y El Viaje más largo,
la realización de un largo anhelo, la defensa de las utopías con
una gran pasión como telón de fondo.
Jorge Perugorria, Raquel Rubí y la
haitiana Lia Chapman, encabezan el reparto, que incluye, además, a
Rubén Breña y las actuaciones especiales de los actores Mario
Balmaseda, Jorge Alí y Laritza Vega.
Roble
de olor se ubica a principios del
siglo XIX y cuenta la historia de Cornelio Souchay (Jorge
Perugorría), alemán recién llegado a Cuba, y una esclava negra,
Ursula Lambert, proveniente de Haití.
Entre estos seres de culturas tan
diferentes surge la atracción y así se entreteje una historia de
amor capaz de retar tabúes y convencionalismos de la época.
Ambos personajes fueron extraídos de
la vida real aunque el guión hecho a dos manos por López y el
dramaturgo Eugenio Hernández se encargaron, mediante una ingeniosa
imaginación, de encauzar los amores de Souchay y Lambert por los
vericuetos de la tragedia.
En los cafetales de Angerona, en la
primera mitad del siglo XIX transcurre la trama, que afirma López
va más allá de contar un folletín romántico de una negra y un
blanco y sí a hacer pensar, meditar, mediante el hechizo de un
hipnótico relato, acerca de la intransigencia y de la necesidad del
respeto.
El cineasta reitera que el objetivo
del filme es dar otra visión de los negros, cambiar su estereotipo
y mostrar su orgullo, dignidad e inteligencia, dotada esta última
de una de las más refinadas ironías.
Sobresalen en el staff de Roble de
olor, la fotografía de Livio Delgado, consagrado con Retrato de
Teresa y El siglo de las luces, Sergio Vitier, a cargo de la
música, y Derubín Jacomé en la dirección de arte, profesionales
que sin duda alguna son cartas de triunfo en este alegato a favor de
la razón. (AIN)