
Celima
Bernal
• Hubo una moda insoportable. El:
"Este eras tú y esta era ella", en tanto quien hablaba, repetía por señas los gestos y ademanes que reflejaban lo sucedido en la ocasión. Una joven mamá me contó que había horneado pasteles para su hijo; el muchacho se los había comido mientras ella lo miraba extasiada. Ese hubiera sido el cuento, así de fácil; pues no, dijo:
"Este era él —aquí hizo cuanto esfuerzo pudo, por imitar al niño en su glotonería, y esta era yo
—se puso de pie y actuó durante varios segundos, como si mirara arrobada a la supuesta criatura—". Pero ahí no paró; volvió varias veces al
"este era él y esta era yo", y de nuevo la mímica estúpida. ¡Qué tontería! ¡Qué manera de comer...!, y no pasteles precisamente.
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