Receta urgente para proteger la identidad

Reinventar el desarrollo

Sonia Sánchez

No se pueden negar los grandes progresos de la ciencia, sino saberlos conducir.

Tal contundente reflexión fue lanzada al ruedo en el foro de artes escénicas, que sesiona en el Palacio de las Convenciones como parte del III Congreso Internacional Cultura y Desarrollo, por uno de los grandes maestros del teatro latinoamericano, Santiago García, quien llamó la atención sobre la necesidad de oponer una cultura de resistencia al perjuicio medioambiental de los desmedidos avances tecnológicos del mundo posmoderno.

Foto: JUVENAL BALÁNSantiago García, en compañía
de Julián González, presidente
del Consejo Nacional de Artes
Escénicas, durante su exposición.

El ser humano tiene que tener un pensamiento al servicio de la naturaleza para pagar el mal que ha hecho el desarrollo impuesto por cinco siglos de capitalismo, observó el director del grupo de teatro colombiano La Candelaria.

Precisamente, el trabajo de creación colectiva desplegado por esta agrupación a través de 37 años, dirigió sus pasos para concebir obras de arte que trasciendan la realidad y rescaten las tradiciones autóctonas sobre la base de tres elementos esenciales: la memoria, la destreza y la sensibilidad.

En un planeta donde subsisten dos mil millones de habitantes sin acceso al agua potable, y mueren numerosos niños por contaminación, la respuesta de muchos gobiernos al desarrollo ha sido la entrega total a los planes de saqueo, denunció el reconocido intelectual y citó como ejemplo la reciente guerra desatada por Estados Unidos contra Iraq, en la cual buscaron apropiarse del petróleo y otras riquezas, pero también de los grandes tesoros de una cultura milenaria que aportó una extraordinaria contribución a los valores espirituales de la humanidad.

Por esto hoy surgen corrientes progresistas que tratan de "reinventar el desarrollo" para salvar las tradiciones que son una suma de conocimientos, de saber, para hacer mejor la vida y evitar la reducción cultural y el desprecio al que han sido sometidos los pobladores del mundo subdesarrollado, apuntó el teatrista.

García fustigó en este contexto el denominado Plan Colombia, "diseñado para acabar supuestamente con el narcotráfico en dos meses con el financiamiento de mil 600 millones de dólares destinados a comprar armas de segunda mano en Estados Unidos".

En ese país sudamericano, donde dos millones de campesinos fueron desplazados hacia las ciudades por la guerra, una tragedia también desde el punto de vista cultural, a juicio del conferencista, muchos intelectuales se han unido en un centro de discusión denominado Colombia en el planeta, una contrapartida a las secuelas nefastas del desarrollo.

Lo cierto es, dijo, que 500 años después de la conquista, en nuestro país surgen importantes propuestas a favor de la identidad nacional.

El segundo encuentro de desplazados, celebrado en Bogotá; la reunión de jóvenes de proyectos culturales (Medellín), un encuentro de comunicadores y un foro alternativo —a cargo precisamente de Santiago García— dirigido a proteger el trabajo cultural de todas las comunidades, entre estas las indígenas, constituyen el resultado de una profunda agenda en Colombia encaminada a contrarrestar la cara fea del desarrollo.

 

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