Propuesta y polémica de la SDAE

Cómo romper el monopolio audiovisual

Pedro de la Hoz

Ante la cada vez más evidente hegemonía del centro emisor de imágenes por excelencia, la industria norteamericana con Hollywood a la cabeza, las estrategias alternativas de los realizadores audiovisuales del Tercer Mundo —y también de Europa, que no se salva del apabullante predominio estadounidense en sus pantallas— pasan por un terreno abonado paradójicamente por el imperio global, el de las nuevas tecnologías de punta.

Las cuentas parecieron quedar claras ayer en el foro dedicado al campo audiovisual en el III Congreso Internacional Cultura y Desarrollo, de La Habana, a partir de una intervención del español José Neri, director de la Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE). Este experto en digitalización se preguntaba por qué no, entre productores y compañías de Iberoamérica, montar una operación vía Internet semejante a la que las majors norteamericanas han puesto en práctica mediante Movielink, que comercializa los catálogos de Universal, Sony (Columbia), MGM, Paramount y Warner.

Una respuesta posible la ofrece la SDAE con el sistema ACCINE, concebido para que los internautas puedan ver la producción histórica de nuestros países en condiciones de plena calidad de imagen y en un entorno de garantizada seguridad digital.

Las ventajas de ACCINE hallan su fundamento en la novedad y seguridad de los sistemas de compresión y encriptación de las películas, la calidad del servicio al cliente, las posibilidades de comercialización de los valores agregados a los filmes (banda sonora, afiche, entre otros), y la protección de los derechos de autor.

"Estamos pensando —apuntó Neri— en un mercado potencial en los países desarrollados que no accede regularmente a las producciones hispanoamericanas en el cine y la televisión, debido al predominio de las producciones norteamericanas. Y pensamos igual en el creciente peso de la propia comunidad de hispanoparlantes en los Estados Unidos que tendría de esta manera una posibilidad de reconocer sus raíces culturales en el terreno audiovisual."

Lógicamente, una propuesta de este tipo genera cuestionamientos polémicos, como el que formuló el productor argentino Pablo Rovito acerca de la diferente manera de ver cine, que implica la descarga de filmes en computadoras y el hecho objetivo de que para interesar a los internautas un filme debe contar con una promoción previa, que sigue siendo la que se implementa para los circuitos tradicionales en los cuales el cine latinoamericano se sitúa en desventaja.

Pero lo importante, según el realizador cubano Humberto Solás, es saber que se tienen las herramientas y se avivan las voluntades para que la imagen latinoamericana se multiplique por el mundo.

Previamente, Omar González, presidente del ICAIC, había disertado sobre los terribles efectos de la hegemonía norteamericana en las pantallas del continente, la cual llega incluso a la compra de argumentos para reciclarlos a lo yanki, como en los recientes proyectos sobre las cintas argentinas Nueve reinas y El hijo de la novia. Ese predominio monopólico se acentuará mucho más, recalcó, de concretarse el ALCA.

El poeta y narrador cubano, al frente de la institución fílmica cubana, también apostó por la alternativa de Internet como canal de distribución, y de experiencias como la del Festival del Cine Pobre.

 

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