Día Mundial del Medio Ambiente

El arca no está perdida

ORFILIO PELÁEZ

A casi once años de realizada la ya célebre Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, en 1992, las metas establecidas por aquella cita en materia ambiental siguen sin alcanzarse, e incluso, los retos de hoy son quizás más difíciles que los de entonces.

La globalización neoliberal impuesta con particular crudeza en la última década del recién finalizado siglo, agravó las condiciones de vida de miles de millones de personas, sobre todo en el mundo subdesarrollado, y es responsable también de la destrucción acelerada del medio ambiente.

Un simple pase de revista al panorama del orbe así lo confirma. Aumentó la contaminación de ríos y mares, los bosques cubren apenas el 25% de la superficie terrestre, el 65% de los suelos agrícolas muestran signos de degradación, el 75% de la pesquería mundial está en situación de riesgo, se deterioran las cuencas hidrográficas y escasea el agua potable, mientras avanzan los desiertos, y crece el número de especies en peligro de extinción.

Las naciones industrializadas incumplen en su gran mayoría el compromiso de destinar el 0,7% de su Producto Interno Bruto para financiar el desarrollo de los países del Sur, donde mil millones de personas viven en la más extrema pobreza y alrededor de 800 millones de adultos siguen siendo analfabetos.

Frente a ese injusto e insostenible modelo impuesto por el capital internacional, Cuba desarrolla un proyecto social alternativo, socialista, basado en la justicia, la equidad y la igualdad de oportunidades para todos sus ciudadanos, donde la dimensión ambiental ocupa un lugar predominante en la vida nacional.

Mucho se ha hablado en estos días, a propósito de la Convención sobre Medio Ambiente y Desarrollo, del enorme esfuerzo realizado por el país para identificar los problemas existentes y emprender las acciones correspondientes, con el fin de mitigarlos o resolverlos de manera definitiva, a pesar del férreo bloqueo económico, financiero y comercial que ya dura 43 años.

Bastaría recordar que somos el único país en desarrollo que ha incrementado la superficie cubierta por bosques de manera gradual desde 1959 a la fecha (del 14% pasamos al 22,88% al cierre del 2002), en tanto se trabaja fuerte en la recuperación de suelos, disminución de la carga contaminante, aprovechamiento económico de residuales y manejo sostenible de las zonas costeras, playas y otros ecosistemas.

Entonces, hay razones para celebrar hoy con esperanzas bien fundamentadas el Día Mundial del Medio Ambiente, cuyo acto central será en Cienfuegos, como reconocimiento a la labor desarrollada por la sureña provincia en esa materia.

Para bien de la economía nacional y la ecología, el país ejecuta sus programas de desarrollo con "los ojos en la naturaleza", buscando sustituir tecnologías sucias por otras más eficientes y no contaminantes, brindando al hombre producciones más sanas en plena armonía con el cuidado del entorno.

 

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