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Desde hoy, en la
Cinemateca de Cuba
Noruega se asoma a la
pantalla
MARIO NAÍTO
A
diferencia de Suecia y Dinamarca, que desde las primeras décadas
del siglo XX lograron producir obras cinematográficas de alcance
universal, Noruega no tuvo la suerte de contar con una tradición
fílmica similar, a pesar de que este país nórdico fue cuna de
dramaturgos tan importantes como Henryk Ibsen y Björnstjerne
Björnson. En fecha tan temprana como el 6 de abril de 1896 tuvo
lugar en Kristiana, hoy Oslo, la primera exhibición de esta nueva
manifestación artística en la península escandinava, y ya en 1904
se construía en esa ciudad la primera sala de cine.
El primer largometraje
noruego Los peligros del pescador fue producido por Hugo
Hermansen y rodado por Julius Jaenzon en 1907. Durante muchos años
dicha nación tuvo que contentarse con una producción limitada
estrictamente al mercado interno en materia de cine. El primer
estudio, Norsk Film, no se construyó hasta 1935, aunque la
compañìa Kristiana Films había rodado varias películas desde los
años veinte. La mayor parte de las cintas de estos tiempos fueron
dramas campesinos y comedias populares, a veces basadas en novelas
del escritor Knut Hansum.
Fotograma de Elling, que
inaugura hoy la muestra.
En la década del
treinta Norsk Film disfrutó de cierto éxito comercial gracias al
talento de directores como Tancred Ibsen. La empresa incluso logró
sobrevivir la ocupación nazi en la época de la Segunda Guerra
Mundial. Después de la contienda, el Gobierno central tuvo mayor
participación en la producción fílmica. Durante los años setenta
tomó control de Norsk Film, mientras que las salas de cine
municipales establecieron una Fundación Fílmica del Cine Noruego
para promover las películas del país.
El apoyo estatal, que se
ha mantenido hasta la actualidad, le ha insuflado una gran vitalidad
a la producción cinematográfica noruega, lo que le ha permitido a
esta desde entonces obtener un reconocimiento importante en la arena
internacional. Particularmente se ha distinguido en la calidad de
los filmes pertenecientes al género infantil, muy popular en estas
tierras escandinavas.
El programa de la
muestra noruega se inaugura este jueves, en la sala Chaplin hasta el
próximo lunes, con Elling (2001), de Peter Naes, cinta
nominada al Oscar en el 2002, sobre el retorno de un hombre —ya
casi en la cuarentena— a la vida normal después de haber pasado
dos años en un hospital psiquiátrico, la cual deberá enfrentar en
compañía de un camarada de habitación. Se incluye en este ciclo El
telegrafista, de Erik Gustavson, basada en la novela Soñadores,
de Knut Hansum. Los otros títulos que se añaden son el documental Cool
and crazy, sobre un peculiar coro masculino de treinta voces; Insomnia,
del director Eric Skjoldjaerg, un interesante thriller
policíaco, cuyo argumento fue aprovechado por el cine
estadounidense para el remake hollywoodense de Chistopher
Nolan; Junk mail, de Paul Sletane, una comedia negra sobre un
inepto cartero, y Stork staring mad, de Eva Isaksen,
simpática cinta sobre una pareja que tiene dificultades para tener
un bebé.
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