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Validez de las revoluciones y la ética para el cambio
Prosigue Conferencia
Internacional Carlos Marx y los desafíos del siglo XXI
María
Julia Mayoral
El
concepto de Revolución es más que nunca imprescindible para pensar
el mundo de hoy, es preciso restituirle su eficacia. La superación
del capitalismo y la construcción de un nuevo poder tienen que
verse como un proceso integral, que requiere estructurar una ética
del ser que se oponga a la del tener, enraizada a
escala planetaria. Con ideas como estas se abrieron los debates en
la segunda jornada de la Conferencia Internacional Carlos Marx y los
desafíos del siglo XXI.
Convocado por el
Instituto de Filosofía y la Central de Trabajadores de Cuba, con la
colaboración de múltiples organizaciones e instituciones, el foro
reúne a académicos, investigadores, dirigentes y activistas
políticos de numerosos países, quienes prosiguieron ayer los
debates sobre cuestiones tales como la validez de las revoluciones
en la época contemporánea, el papel de los movimientos sociales,
la unidad de los actores sociales en la lucha contra el
imperialismo, la relación entre la teoría del valor y la
subjetividad, los enfoques filosóficos del derrumbe del socialismo
en Europa, la gobernabilidad y la situación actual del pensamiento
marxista.
Para el profesor
universitario francés Georges Labica la alternativa revolucionaria
se presenta, pese a los asaltos ideológicos de derecha o de
izquierda, como la única, y la conciencia, las experiencias de
lucha que se van ganando en el mundo en el enfrentamiento al
neoliberalismo van dando fortaleza para hacer frente a ese tipo de
globalización, que ahonda las diferencias y agrava las formas de
explotación.
En opinión del
canadiense Robert Albriton, la teoría marxista actual necesita
ofrecer mayores luces en el terreno de la subjetividad con el
propósito de aportar a las personas herramientas para interpretar
sus realidades y cambiar sus vidas. El capital, dijo, ha colonizado
también la subjetividad de los pueblos del Tercer Mundo, y hay que
descolonizar ese proceso. En tanto, el estadounidense Paul Burket
fundamentó que la visión de Marx sobre la sociedad comunista está
basada en el fomento del desarrollo humano sostenible desde todos
los puntos de vista, económico, político, social, espiritual.
Lo dicho por Albriton en
sus reflexiones acerca de la relación entre la teoría del valor y
la subjetividad promovió amplio intercambio. El investigador cubano
Darío Machado comentó en el debate que el principal vínculo entre
el valor y el sujeto en el capitalismo es que ese sistema crea
necesidades artificiales con el objetivo de obtener mayores
ganancias.
Machado, quien defendió
la necesidad de contraponer la ética del ser a la ética del
tener, expresó además que en el proceso de transición al
socialismo, si bien no rigen los patrones de consumo capitalista, es
necesario precisar qué se entiende por bienestar.
Polémico fue también
el intercambio acerca de la articulación de las organizaciones,
partidos políticos y movimientos sociales. La doctora y profesora
de Filosofía Isabel Monal, de Cuba, enfatizó que esa
interrelación no indica necesariamente avances por el camino
revolucionario, puede irse por las sendas del reformismo como
estrategia, y no en el sentido de la superación dialéctica. Sobre
otro de los puntos debatidos, la relación entre Estado y Sociedad
Civil, la académica apuntó la importancia de superar en el
socialismo la escisión entre una y otra, pero sin que el Estado se
"trague" a la Sociedad Civil, como ocurrió en los países
socialistas de Europa. En Cuba, comentó, hay experiencias valiosas
de cómo desarrollar ese vínculo que podrían ayudar a otros
movimientos revolucionarios.
En el análisis del
papel de la subjetividad en la época contemporánea, varios de los
presentes solicitaron detalles sobre la llamada Batalla de Ideas en
Cuba, lo cual motivó la intervención de Pedro Ross, secretario
general de la CTC.
Al tema Marx y la
ciencia de los comportamientos políticos dedicó su ponencia la
reconocida investigadora Thalía Fung. La especialista defendió que
el pensamiento totalizador de Marx no impidió su acercamiento
teórico a la esfera de los comportamientos humanos, en especial a
los económicos y políticos.
Hasta mañana jueves
sesionará este encuentro cuyos organizadores proponen dar
continuidad mediante la creación de un taller permanente para la
reflexión sobre los fundamentos del orden mundial actual y sus
alternativas de superación, con el objetivo de contribuir al
fortalecimiento del pensamiento y la práctica revolucionarios. |