Cerrar filas ante la doctrina Monroe a escala planetaria

María Julia Mayoral

Estados Unidos quiere extender la doctrina Monroe a todo el mundo, como mismo ha hecho durante dos siglos de dominación en América Latina, y para lograr ese proyecto no permite que ningún otro país cristalice como un competidor desde el punto de vista económico y militar, sostuvo el destacado teórico marxista Samir Amir.

Foto: RAÚL LÓPEZEn opinión del prestigioso investigador senegalés, la militarización del sistema capitalista actual no apareció por pura casualidad, porque Bush tenga esa tendencia; es resultado de una situación objetiva del capitalismo. Y no debe olvidarse que el imperialismo actúa como un colectivo, aunque las ventajas comparativas las tenga Estados Unidos. Dentro de ese sistema colectivo EE.UU. posee, sobre todo después de la caída de la Unión Soviética, el poderío militar que jamás tuvo potencia alguna y a partir de ahí quiere asegurar la prominencia en los restantes campos.

Buscan dominar el planeta para beneficio exclusivo del capitalismo monopolista estadounidense, y esto es similar a las concepciones de Hitler. Quieren hacer el juego de la economía liberal, de la libre competencia de los mercados, pero antes cambiar el equilibrio de fuerzas a favor de ellos mediante las intervenciones militares. Y la clase dominante norteamericana seleccionó el Medio Oriente para comenzar esa guerra permanente, declaró a Granma el especialista.

La agresión a Iraq, afirmó, es solo el principio de una serie de guerras globales, que en relación con América Latina tiene como objetivo número uno destruir a Cuba. Todo esto es un gran plan hitleriano y por tanto nuestra tarea es construir un frente amplio para combatir las ansias imperialistas.

Solo si logramos detener los planes expansionistas y neofascistas de Estados Unidos se podrán considerar formas y maneras para profundizar la democracia y el progreso social, advirtió.

"Existen crecientes luchas socio-políticas expresadas en movimientos como el Foro Social Mundial, pero deben superarse las fragmentaciones, las posiciones a la defensiva. Debemos unirnos más, pues estamos enfrentando al mismo enemigo, aunque en nuevas condiciones. Tenemos que lograr convergencias de los movimientos políticos y sociales, con respeto a la diversidad ideológica, cultural, religiosa... ese es nuestro reto."

Se necesita, subrayó, un frente común contra la hegemonía norteamericana, y para ello tenemos que aprovechar todos los espacios, incluso los más pequeños porque la gente tiene que comprender que no se puede luchar contra el neoliberalismo y sus dañinos efectos sociales, sin derrotar el proyecto militar hegemónico de Estados Unidos.

 

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