SANTO DOMINGO, 7 de mayo (PL). — En
el Espíritu de las islas, un libro del escritor cubano José
Fernández Pequeño que narra los tiempos en Cuba del intelectual
dominicano Max Henríquez Ureña, fue puesto en circulación en
República Dominicana.
La obra resalta la labor cultural
iniciadora del ilustre y controvertido dominicano en el contexto del
fluido intercambio entre los dos países a inicios del siglo XX, que
le permitió en 1904 fundar sin recelos una revista netamente
nacional como Cuba Literaria.
¿Con qué derecho un extranjero
acabado de desembarcar se atreve a imprimir una revista que, desde
su propio nombre, reclama la representación y la defensa de la
literatura nacional?, se pregunta en su obra Fernández Pequeño.
La respuesta es simple y rotunda,
dice el autor: para un oriental de principios de siglo un dominicano
no era un extranjero. Y viceversa.
Una larga historia de intercambios
había cimentado un sentido de patria común que se alimentaba de
flujos humanos constantes, hacia un lado y el otro.
En su obra, híbrido de biografía,
ensayo y crónica, el autor incluye hábilmente el contexto que
permitió al joven dominicano convertirse en un factor cultural
influyente en la vecina isla, a partir de condiciones que hacían
más fácil viajar desde el norte del país a Cuba que a Santo
Domingo, la capital.
Entre los documentos recogidos,
Fernández Pequeño cita el testimonio de Ana Mitila Lora: "En
ese tiempo nos reíamos porque mamá, por ejemplo, no conocía la
capital (de la República Dominicana), pero había viajado por
Europa, Cuba y Puerto Rico. Mamá, para ir a su cita al dentista,
viajaba a Cuba. Sólo tenías que montarte en un vapor y llegabas.
Pero viajar a Santo Domingo era difícil.
"El más pequeño de los
Henríquez Ureña llegó a Cuba por primera vez en 1904 y salió
definitivamente de la isla en 1931, luego de un importante trabajo
periodístico, educativo, de investigación y de promoción cultural
que contribuyó a cimentar los estrechos lazos entre las dos
naciones.
Evidentemente, En el espíritu de
las islas es una obra escrita a partir de un profundo trabajo
investigativo respaldado por un enfoque desprejuiciado, con una
narrativa fácil que absorbe al lector desde las primeras líneas y
se convertirá en insoslayable referencia para los interesados en el
tema.
El autor no elude abordar un aspecto
controversial e intrigante que él define como "el dilatado
compromiso de Max Henríquez Ureña con la política de (el dictador
Leónidas) Trujillo".
La obra atribuye esa posición al
escepticismo político de Max Henríquez Ureña y a la creencia en
la tendencia autoritaria como garantía de estabilidad para evitar
otra invasión de Estados Unidos a República Dominicana como la de
1916, que propició la intervención militar hasta 1924 e instauró
el caos en el país.
Fernández Pequeño publicó diversas
obras de investigación y narrativa y fue distinguido con el Premio
Internacional Memoria otorgado por la UNESCO (1997). Ganó además
el Concurso Internacional de Cuento Casa de Teatro de República
Dominicana (2001).
En su obra, recién publicada por la
editorial Taurus, Santillana, el autor concluye que "la obra
literaria de Max Henríquez Ureña es un acto de consagración
perpetua: a la condición intelectual, al enriquecimiento cultural
de la sociedad, a la patria hispanoamericana y a sus Antillas,
siempre próximas".