Quienes han alzado la voz contra Cuba no tienen derecho ni autoridad moral para hablar en nombre de América Latina

Juan José Gorritti Valle (Secretario General de la CGTP, de Perú)

Comandante Fidel Castro;

Compañero Pedro Ross;

Compañeras y compañeros:

Constituye una circunstancia excepcional el que nos reunamos en La Habana, este año, para conmemorar solemnemente el Día Internacional de los Trabajadores.

Aquí en Cuba, en la patria de Jesús Menéndez y Lázaro Peña, los dirigentes sindicales de América Latina tenemos una responsabilidad muy grande ante este querido país, su pueblo y su gobierno, que constituyen ejemplo de valor y dignidad revolucionaria.

Tenemos que descargar hoy, ante ustedes, la responsabilidad de nuestros pueblos, que se ha visto comprometida por la conducta servil de gobiernos títeres dirigidos por el Imperio, que han osado atacar a Cuba enarbolando hipócritamente la defensa de los derechos humanos, mientras que en nuestros países se violan día a día.

Los gobiernos de nuestra región no han entendido aún que los derechos humanos son precisamente los que se respetan en Cuba: el derecho al trabajo, al salario, a la educación, a la salud, a la vivienda y el derecho a la dignidad de un pueblo.

Por eso estamos aquí para decirle al pueblo de Cuba que quienes han alzado la voz contra él no tienen derecho ni autoridad moral para hablar en nombre de América Latina, ni de sus trabajadores, ni de sus pueblos.

Este Primero de Mayo es particularmente especial. Nunca como ahora se ha alzado contra los pueblos amenaza mayor que la que constituye el Imperio. Ni siquiera las hordas fascistas de Hitler lograron organizar un sistema de agresión, dominación y opresión tan absoluto como el que Estados Unidos viene desarrollando en los últimos años.

Es el imperio de la mentira, donde el que dice combatir el terrorismo, se ha convertido en el principal terrorista del mundo. Bajo el nombre de la libertad está condenando a la esclavitud a naciones y pueblos. Sus propósitos, enunciados por Bush, son imponer a todos los países del mundo los intereses de las grandes corporaciones que sostienen la política de dominación del capital financiero en América Latina y el mundo contemporáneo.

Todos sabemos que el presupuesto militar anual de Estados Unidos equivale al doble del presupuesto de guerra de las siete potencias más importantes de Europa. Equivale al Producto Bruto Interno de 12 países de América Latina, y en el caso del Perú, a la producción de los últimos 10 años.

Pero no es solo el presupuesto militar monstruoso el que pone en juego el Imperio para someter a Cuba y a los pueblos de nuestra región. Usa la Ley Helms-Burton, el despiadado bloqueo que dura ya 40 años, las inversiones millonarias hechas para promover la sedición y el crimen, el accionar terrorista de las bandas asesinas preparadas por la CIA, las presiones internacionales y la escalada de provocaciones puestas en marcha con el aliento del capital financiero.

El 1º de Mayo en el mundo se celebra hoy a poco de concluida la denominada "guerra de los 21 días", en la que el gobierno de los Estados Unidos, haciendo uso de su omnímodo poder, aplastó brutalmente la resistencia del pueblo iraquí y se apoderó de los más ricos yacimientos petroleros del Medio Oriente. No le basta eso al Imperio. Ahora aspira atacar a otros pueblos: Siria, Irán, Corea del Norte, Libia, y también Cuba están en la mira de esta fiera que sueña con colocar al mundo entero de rodillas.

Nunca antes el mundo ha expresado su repudio a una guerra de rapiña como lo ha hecho en los últimos meses. Millones de personas en todos los continentes se han movilizado para enfrentar y condenar esta política de terror y de barbarie. Pero esa protesta es todavía solo la expresión de un sentimiento antiimperialista. Corresponde a los trabajadores y a sus organizaciones de clase, en primer lugar, transformar ese sentimiento en conciencia.

Nuestra lucha tiene una base esencialmente reivindicativa; pero no puede quedarse allí. Un proletariado sin más ideal que los centavos del salario —decía José Carlos Mariátegui— es incapaz de emprender obras históricas. Y de nosotros depende asegurar que el proletariado de nuestros países tenga esa voluntad y esa capacidad, porque luchamos por una democracia real, por una justicia legítima, por una sociedad solidaria.

Hoy en nuestros países rigen los mecanismos del neoliberalismo que generan hambre, miseria y atraso social, pero también descomposición moral, corrupción galopante, envilecimiento de las relaciones sociales, crisis política y desgobiernos.

Por eso hoy en todos los países de la región se lanza la protesta multánime de los pueblos. En todas partes surge la voluntad combativa de las masas. En cada sitio los trabajadores y las poblaciones se baten enérgicamente contra la política succionadora del Imperio y buscan expulsar a las camarillas corruptas que nos oprimen.

Que este Primero de Mayo sea entonces una oportunidad para conocernos mejor, para intercambiar ideas, para burilar nuestros objetivos, pero, sobre todo, para macerar en espíritu y conciencia revolucionaria, la voluntad de lucha de nuestros pueblos.

¡Que viva el Día Internacional de los Trabajadores! (Exclamaciones de: "¡Viva!")

¡Que viva Cuba Socialista! (Exclamaciones de: "¡Viva!")

¡Libertad para los cinco prisioneros del imperialismo! (Exclamaciones de: "¡Libertad!")

Gracias (Aplausos).

 

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