Dejen en paz a Cuba
Participó Fidel en
el Encuentro Internacional de Solidaridad, que sesionó en el
Palacio de las Convenciones. Firman representantes de más de 120
organizaciones sindicales de 47 naciones llamamiento a no permitir
una agresión militar contra nuestro país
Aldo
Madruga
Un
llamamiento a intensificar la solidaridad con Cuba en estos momentos
en que se cierne sobre ella la amenaza real de una agresión de la
principal potencia militar del mundo, fue suscrito por
representantes de más de 120 organizaciones sindicales de 47
naciones, participantes en el Encuentro Internacional de Solidaridad
que sesionó en el Palacio de las Convenciones, presidido por el
Comandante en Jefe Fidel Castro.
El documento llama
también a multiplicar los esfuerzos por liberar a los Cinco Héroes
presos injustamente en cárceles norteamericanas, para lo cual es
necesario dar a conocer en todos los rincones del mundo las
verdaderas razones por las que cumplen largas condenas en
condiciones muy difíciles.
Pedro Ross, secretario
general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), les dio la
bienvenida y agradeció la solidaridad de quienes, junto al pueblo
cubano, levantan sus voces por una paz justa y digna, contra la
guerra, el genocidio, la actual amenaza real de una tiranía
fascista global y se oponen a las claras intenciones de EE.UU. de
ser de ahora en adelante "la ley y el orden del mundo" e iniciar en
un futuro otras "cruzadas libertadoras" como la que acaban de
ejecutar contra el sufrido pueblo iraquí.
Exhortó a los
presentes, como parte del movimiento sindical mundial, junto a
intelectuales de todo el planeta, campesinos, estudiantes, y al
pueblo norteamericano en particular, a desarrollar un gigantesco y
poderoso frente común contra esas aspiraciones de los actuales
gobernantes norteamericanos.
Ricardo Alarcón de
Quesada, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular,
basándose en documentos oficiales del Departamento de Estado, tales
como el Proyecto Cuba y la ley Helms Burton, demostró que desde el
mismo triunfo revolucionario en 1959, cuando solo se había dictado
la Ley de Reforma Agraria, comenzó la obsesión del imperio por
borrar de la faz de la Tierra a la Revolución Cubana en una
estrategia que ha cambiado muy poco exteriormente desde entonces, y
absolutamente nada en su esencia de odio.
Subrayó que ya en estos
momentos el Gobierno de EE.UU. se siente amo del mundo, con la mayor
maquinaria militar que imperio alguno haya tenido jamás y dueño de
los principales medios de difusión del planeta, y ya no tiene ni el
pudor de negar que utilizan el terrorismo contra Cuba y que lo
seguirán practicando.
En las intervenciones de
sindicalistas y grupos solidarios de todos los continentes, con
diferentes matices, pero con honestidad y pasión, fue común la
decisión de cerrar filas junto a los cubanos y oponerse por todos
los medios al alcance de la encerrona desestabilizadora que se está
orquestando internacionalmente contra la mayor de las Antillas y que
tiene como objetivo propiciar una agresión militar que acabe con el
sistema de justicia social que se defiende desde hace más de cuatro
décadas.
Intervinieron en el
encuentro representantes de sindicatos y organizaciones de Estados
Unidos, Ecuador, México, Canadá, Zambia, Noruega, Trinidad y
Tobago, Gran Bretaña, Colombia, España, Francia, Austria,
Portugal, Puerto Rico, Venezuela, Bélgica y Suiza. Dejen a Cuba en
paz, fue una frase que se repitió en la mayoría de los mensajes.
Gloria La Riva,
presidenta del Comité Liberen a los Cinco, en Estados Unidos, se
refirió a los esfuerzos que se hacen en este país para que los
norteamericanos conozcan la verdad de estos Héroes, y sugirió
empezar a utilizar anuncios pagados en los principales diarios de la
Unión.
Irma Sehwerert, madre
del héroe René González, una experimentada sindicalista que
comenzó sus luchas obreras en una fábrica de la nación donde hoy
su hijo guarda prisión, agradeció en nombre de las familias de los
Cinco Prisioneros del imperio y de toda Cuba, las acciones que por
la libertad de ellos se realizan en el mundo.
Confesó que como madre
ha sufrido mucho en estos cinco años en que su hijo, al igual que
sus compañeros, resisten vejámenes y torturas, pero como cubana y
revolucionaria ha sentido un profundo orgullo por el valor de
quienes en la misma madriguera de la mafia cubano-americana en
Miami, y en una sala repleta de sus más connotados cabecillas,
supieron valientemente señalarlos y decirles la verdad en la cara.
Reconoció la
importancia de la solidaridad para lograr la liberación de sus
hijos, y pidió no desmayar en la batalla por sensibilizar al mundo
ante la tremenda injusticia que se comete contra ellos. |