Múltiples son los esfuerzos y acciones acometidas por el Estado y Gobierno a todos los niveles por perfeccionar el proyecto de país que queremos. Santiago de Cuba es un ejemplo elocuente en ello, siempre teniendo en el centro de la mira, el bienestar del pueblo.
En La Habana, capital de todos los cubanos, viven unos dos millones 130 mil habitantes sin contar la población flotante, que generan por día unos 24 mil metros cúbicos de basura como promedio. Los carros recolectores donados por Japón y Austria; la ubicación de nuevos tanques plásticos y los esfuerzos por mantener la ciudad limpia, no son suficientes.
Usted camina las calles santiagueras y no encuentra en ninguna esquina un basurero, sin embargo en la capital, por doquier hay una acumulación de desperdicios que afean y en nada nos benefician.
Los trabajadores de los carros colectores hacen su trabajo y, en breve tiempo, ya al lado de los tanques se acumulan sacos con escombros, tarecos de todas índoles, y en las mañanas, muchos atestados de basuras, amanecen volcados desparramándose los desperdicios.
Hay puntos como en el barrio de San Martín en el Cerro, que cuentan con varios tanques de basura y un recolector grande para escombros, sin embargo todo se tira fuera de ellos y en la mayoría de los días, todo un caos.
No solo basta con la labor de comunales. Hay que tener conciencia ciudadana por preservar el barrio, aunque también sería beneficioso que las autoridades correspondientes exijan y multen, acorde a la ley, a los infractores. Hay mucha indolencia.
La educación, los valores, la forma de conducirse en la sociedad, se inculcan desde la cuna, en la familia, sin descansar toda la responsabilidad en la escuela, quien tiene su parte en la instrucción, enseñanza y formación de la cultura general.
A pesar del calor y las altas temperaturas, ya se ha hecho costumbre toparse en la vía pública con personas de cualquier edad con vestimenta más apropiada para una playa que para la ciudad.
La sociedad requiere que nos proyectemos en beneficio del colectivo, cuidando los espacios públicos, embelleciendo el entorno y para poder lograrlo todos debemos proyectarnos en una misma dirección, cada cual poniendo su granito de arena y combatiendo las malas costumbres para que éstas no obstaculicen el propósito de aspirar a una sociedad más plena que nos permitan una vida mucho más placentera, porque de lo contrario, no nos entendemos.











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Capiro Cubanacan dijo:
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25 de septiembre de 2019
13:39:26
Yuniel dijo:
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Ernesto Daniel dijo:
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25 de septiembre de 2019
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Eduardo Velasco dijo:
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26 de septiembre de 2019
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Juana Maria Santos dijo:
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26 de septiembre de 2019
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