Viejos problemas sin solución efectiva hasta hoy, como la falta de sistematicidad en la recogida de la basura y la indisciplina social, continúan empañando el paisaje urbano en diversas localidades de la capital.
Así sucede por ejemplo en la barriada de Santos Suárez, perteneciente al populoso municipio de Diez de Octubre, donde hasta la mañana del lunes 19 de agosto se amontonaban en no pocas esquinas y frente a bodegas, puestos y otros establecimientos, cantidades apreciables de desechos domésticos y escombros procedentes de acciones constructivas emprendidas en la vecindad, los cuales son arrojados a la vía pública por personas irresponsables.
Junto con el sensible detrimento de la higiene comunal, que ello origina al incentivar la proliferación de mosquitos y otros vectores transmisores de enfermedades, dicho escenario potencia igualmente la magnitud de las frecuentes inundaciones, que suelen ocurrir allí ante la caída de
cualquier aguacero de cierta intensidad, pues los tragantes del ya insuficiente sistema de drenaje pluvial de la zona quedan totalmente obstruidos por la basura.
Resulta llamativo que mientras se estuvieron ejecutando las obras de reparación de la escuela primaria Alfredo Aguayo y de la Posta Médica de Urgencia del Policlínico Pasteur (ambas instalaciones fueron dañadas severamente por el tornado del 27 de enero), situadas en la calle Estrada Palma, entre Figueroa y Cortina, en las cuadras aledañas las labores de saneamiento no dejaron de hacerse con una frecuencia casi diaria.
Precisamente, la situación de inestabilidad que se describe en la recogida de desechos sólidos se observa lamentablemente en otros lugares de la capital, a pesar de la introducción de nuevos y modernos carros colectores.
Nadie desconoce las severas limitaciones de recursos que enfrenta hoy el país, debido al recrudecimiento del bloqueo económico impuesto hace seis décadas por el Gobierno de Estados Unidos. Pero como ha manifestado el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, bajo estas complejas circunstancias no puede haber espacio alguno para la desidia y la falta de iniciativas creadoras en la búsqueda de soluciones sostenibles a nuestros problemas.
Disfrutar de una Habana limpia y ordenada, en la que al mismo tiempo primen el respeto a las normas de urbanidad y la convivencia, debe ser aspiración legítima de cada uno de sus residentes. Urge entonces desterrar la equivocada percepción de que convivir con un entorno sucio forma parte ya de la cotidianidad citadina.
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Nurys dijo:
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21 de agosto de 2019
21:55:55
Aida Llerna dijo:
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22 de agosto de 2019
00:47:33
Luis T dijo:
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22 de agosto de 2019
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fabio marquetti mesa dijo:
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22 de agosto de 2019
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ADYAM dijo:
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VIVIAN dijo:
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22 de agosto de 2019
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22 de agosto de 2019
07:45:49
Alain dijo:
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22 de agosto de 2019
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Yolanda dijo:
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Gustavo Arencibia C dijo:
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22 de agosto de 2019
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Enrique R. Martínez Díaz dijo:
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22 de agosto de 2019
09:13:54
Caridad Jimenez Perez dijo:
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22 de agosto de 2019
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VIRGO dijo:
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22 de agosto de 2019
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yahima dijo:
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22 de agosto de 2019
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orialit dijo:
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Rafael dijo:
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Rosa dijo:
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jodeantonio dijo:
18
22 de agosto de 2019
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Renier Ferrales dijo:
19
22 de agosto de 2019
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UnKnown dijo:
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23 de agosto de 2019
08:04:27
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