Historias para ser leídas y escuchadas

¿Escuchar un audiolibro cuenta como lectura? El debate está abierto y tiene muchas aristas: ¿qué zonas del cerebro se activan al consumir de una u otra forma el texto escrito? ¿qué se entiende por leer, la respuesta emocional…?

No obstante, independientemente de la posición que se asuma ante la disyuntiva, queda claro que constituye un formato en plena expansión a nivel mundial, con la capacidad de llegar a personas que nunca han leído en papel o en dispositivos electrónicos; y que todo vehículo para transmitir la sabiduría humana debe ser aprovechado.

En esta edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana, Sumat srl, una empresa de soluciones para la transformación digital, trae 280 audiolibros asociados a 45 títulos, de cuatro editoriales: Gente Nueva, Pablo de la Torriente, De la Mujer y Letras Cubanas.

Según explicó a Granma Reinaldo García Maturell, uno de los socios de Sumat, comenzaron la producción en 2020, con Había una vez, de Pueblo y Educación.

«Por lo general, las editoriales eligen comenzar con los títulos más vendidos o esperados. Nosotros nos encargamos de todo el proceso, les presentamos una preselección de locutores…, y luego son ellas quienes los comercializan a través de las tiendas virtuales», refiere.

Añade, asimismo, que se busca también colocar esas obras en plataformas internacionales; y que si bien el audiolibro es el proyecto primario, incursionan en otras áreas como la realidad aumentada para la promoción.

UNA NUEVA OBRA DE ARTE

Sumat, que tiene en el recinto ferial un panel expositivo, ha propiciado el intercambio de experiencias entre los autores y locutores de los audiolibros.

Varios jóvenes implicados en el proceso de poner sus voces al epistolario de Gertrudis Gómez de Avellaneda, poemas de Buesa, Cecilia Valdés o La Loma del Ángel, e Ismaelillo, por ejemplo, coincidieron en que se trata de una locución distinta de la de la radio y la de la televisión, compleja, por el cambio de ritmo y la identificación con el texto literario, que supone una completa inmersión en la trama o en el sentimiento del autor.

Coincidieron en que no es exacta o simplemente un «libro hablado», porque no se refleja solo la voz escrita, sino que intervienen nuevas subjetividades y sentimientos, que dan paso a otra obra de arte.