Ahora mismo, en todo el país, creadoras y creadores de disímiles manifestaciones ponen su tiempo y talento en función de compartir a otros sus saberes, como parte de las opciones recreativas del verano.
Uno de ellos es Jesús Ricardo Pérez Cecilia (Las Tunas, 1996), trovador que cada martes de julio y agosto, a las cuatro de la tarde, coordina el Taller de canciones; iniciativa de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en su provincia, que también se extiende a otras artes durante la etapa.
Destinado a mayores de 15 años, afirma Jesús que el taller está centrado en las emociones: «Esa es la mejor forma de conectarse con el arte, y que no parezca una fortaleza impenetrable. A partir de los gustos propios, vamos a hablar –entre otros elementos– de acompañamiento, armonía, giros melódicos, interpretación; pero también de poesía, recursos literarios, métrica; de todo aquello que compone el espectro de la canción en sus diversos estilos y géneros.
«Esperamos que cuando termine, los talleristas tengan más herramientas para entender, hacer o sencillamente amar la canción y la música en general».
Vicepresidente de la filial de la AHS en Las Tunas, Jesús ha ganado el Premio de Trova El árbol que Silva y Canta 2022, y la beca El Reino de este Mundo, y ha compartido sus canciones en casi toda la Isla. Han sido varios los caminos artísticos, desde la niñez, para llegar hasta lo que es hoy su «lugar». «Soy graduado de la especialidad de actuación. Trabajé con Teatro Tuyo, que fue una escuela y una familia; de hecho, mucho de la responsabilidad que significa ser artista se estableció allí.
«También he hecho otros trabajos en la radio y en la televisión; pero descubrí la canción, esa forma tan auténtica de verme vulnerable, de contar, y que es algo grandioso, lo sigue siendo hasta el día de hoy. Creo que llegué al “lugar”, pero más que eso creo que todos los días estoy llegando, aunque no todos los días se escriben canciones, todos los días se vive desde de la canción y con la canción».
Anfitrión de la peña mensual Luna creciente, confiesa que no compone para la gente, sino desde ella y sus sensaciones: «Los públicos siempre tienen diferentes necesidades, pero si logras enamorar al menos a una persona, dejar esa huella, esa chispa de luz, el trabajo está hecho; y ha servido todo el tiempo de estudiar, de vivir y crear».
«Ingrávido de todo» es un verso de una de sus canciones, y el título de su más reciente concierto; no obstante, es un hombre con muchas razones para poner los pies en tierra: «Cuando empecé a cantar tenía la idea de hacerme famoso, de llenar estadios, pero ahora mismo me interesa estar cerca de las personas que quiero, como persona y como artista.
«Esa es mi gravedad, el amor; y, por supuesto, los amigos… “la vida son los amigos” es un octosílabo perfecto, como la vida cuando ellos están».












COMENTAR
Responder comentario