ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Adolfo Alfonso y Justo Vega, maestros de la décima improvisada. Foto: Fotograma de Adiós, Tierra

En la serie El problema de los tres cuerpos (Netflix, 2024), basada en la novela homónima de Liu Cixin, se debate sobre una invasión alienígena a nuestro planeta, la cual habría de efectuarse dentro de 400 años. La lejanía de siglos del ataque no impedirá, sin embargo, que los humanos comiencen a prepararse; como tampoco que los ocho episodios, al margen de los numerosos tropiezos narrativos de la desaforada trama, avancen provistos de tensión y entretenimiento.

Algo muy diferente ocurre en otra reciente serie como Adiós, Tierra (Netflix, 2024), libre adaptación del libro El tonto del fin del mundo, publicado por el escritor japonés Kotaro Isaka en 2006. En este trabajo televisivo de 12 capítulos, la humanidad se encuentra a unos 200 días de ser aplastada por el asteroide Dina, el cual impactará, no por gusto es la procedencia del material, en la península de Corea.

Lo que se pretende aquí, en presunción, sería –aunque sin renunciar de pleno a la espectacularidad audiovisual concitada por semejante tema– una suerte de estudio del comportamiento humano ante el advenimiento de la calamidad. A ello, valga apuntarlo, no ayuda mucho que algunos personajes actúen como si nada ocurriera, proyectando negocios u otros planes en el mismo umbral del desastre, algo muy difícil de comprender en circunstancias tales.

El referido estudio de la conducta humana en la más extrema de las situaciones no estaría mal, si llegara a funcionar medianamente bien en algún momento. Pero nunca ocurre. Era difícil imaginarse que una producción televisiva de un tema como este, y proveniente de una industria audiovisual del oficio y la experiencia de la sudcoreana en los géneros de la ciencia–ficción, el fantástico y la acción, podría ser tan soporífera, llena de zonas muertas, alargamientos flagrantes y personajes de acusadas deficiencias compositivas.

Tras el díptico fílmico de catastrofismo posapocalíptico Utopía de concreto (Um Taehwa, 2023), y Cazadores en tierra inhóspita (Heo Myeong–haeng, 2024), cuya espléndida primera entrega supuso un acontecimiento internacional en el subgénero, cabía esperar que los sudcoreanos fraguasen una digna serie alrededor de un ítem de tanto potencial en los órdenes argumentales, de puesta en pantalla y del nervio acostumbrado en esa escuela: entendiéndose y todo que el interés de los creadores no pasaba por remedar las películas de asteroides de Bruce Willis (Armagedón) o Gerard Butler (Greenland).

Pero Adiós, Tierra, tras dos o tres secuencias prometedoras del episodio piloto y una cabecera atractiva tanto en lo visual como en lo sonoro, comienza demasiado pronto a trastabillar, a hacer aguas por doquier y prolongar hasta la tortura soluciones dramáticas que otra serie resolvería en la mitad de episodios.

Dispersa, falta de foco –más allá de lo habitual en trabajos corales de este tipo–, intenta encontrar en el personaje de la maestra JinSe–kyung (Ahn Eun–jin) un centro de gravitación humano, aunque no se alcance a la larga el objetivo. Hasta los amantes incondicionales del subgénero hicimos manifiesto esfuerzo por apurar sus 12 episodios. Otros claudicarán sin terminar ni siquiera el segundo.

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