ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

El filme nos recuerda la importancia que tomaron las relaciones interpersonales durante la pandemia. Foto: Fotograma de la Película

Con la rapidez de la sobrevivencia nos hemos empeñado en olvidarla, concentrados en los nuevos desafíos que la vida impone, día a día. No obstante, pocos escapan de llevar sus huellas, más o menos evidentes, más o menos dolorosas.  La pandemia –así sin apellidos basta para identificarla– cambió el mundo como lo conocíamos hasta entonces, aunque no lo parezca a veces.

Y ahí está el arte para testimoniar, hurgar en los dolores, y destilar esencias. Justo eso sucede con Aislados, un largometraje cubano de 108 minutos, conformado por cuatro historias, dirigidas por mujeres, y en las que «nadie conoce la vida del otro, pero todos comparten un mismo deseo: vivir».

El filme de 2022, que formó parte de los estrenos exhibidos como parte de la Fiesta por el Cine Cubano, se adentra, según su sinopsis, en personajes cuyas existencias se ven afectadas «por las circunstancias de una pandemia que ha cambiado la forma de vida que llevaban hasta entonces. Sin embargo, de manera indistinta, cada uno de ellos logra superar sus vicisitudes y reconocer en el suceso la posibilidad de crecer como personas; también percatarse de esos pequeños detalles que antes ignoraban y que hacen de la vida un hecho por el cual celebrar».

En ese sentido, Safari (Yoe Pérez), Si yo fuera tú (Zenia Veigas), Lapsus (Maritza Ceballos), y La prueba (Sailín Carbonell) –todas con guion de la propia Yoe Pérez– son historias con un signo optimista, pero también dolorosas, en tanto remueven en el espectador los temores y sufrimientos que supuso la amenaza de la COVID-19.

En los relatos, con leves contactos entre sí, se percibe la unidad de la poética visual, si bien a veces se siente cierta falta de ritmo en la progresión. Luego de verlos, recordamos evidentes verdades de aquel momento: influyeron en el bienestar de las familias su situación económica y social; pero todas, a pesar de tener o no una mesa abundante, sintieron las consecuencias emocionales de un  peligro que no distinguía víctimas.

Asimismo, fueron la resilencia y la capacidad de entender la otredad, las que permitieron la sobrevivencia individual y colectiva. Están en Aislados, la relación renacida entre un abuelo y su nieta, la pareja desencontrada al borde de la separación, el contagio y la pérdida del ser amado, y el maestro empeñado en ayudar a su alumno; pero hay otras pequeñas partes (personajes y situaciones) igual de reveladoras.

En la película, rodada en la pandemia y producida por Cinesoft, Siguaraya Village, y Perdomo Productions, con el auspicio de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, resaltan las actuaciones de Luis Rielo, Ana Gloria Bouden, Jacqueline Arenal, Blanca Rosa Blanco, Bárbaro Marín, Yudexy de la Torre, Yeni Soria y otros jóvenes actrices y actores, cabales en sus interpretaciones.

Puestos de frente a la realidad vivida, Aislados constituye un serio (y tierno, podría decirse también) ejercicio de automirada, al que vale la pena someterse, para que no se olvide lo que aprendimos entonces.

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