Un diálogo franco y profundo entre la intelectualidad camagüeyana e instituciones culturales y decisores gubernamentales y políticos sentó pautas para revitalizar la vida cultural de la provincia de Camagüey. La Asamblea X Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) en el territorio también pasó revista a los últimos cinco años de trabajo de la organización.
La cultura sigue siendo lo primero que hay que salvar, dijo el crítico de cine Juan Antonio García Borrero y aseguró que a hoy la producción cultural y la demanda andan bastante distanciados, por lo que propuso que la política cultural debe ser actualizada, «hay que buscar alianzas para poder utilizar las nuevas tecnologías e impactar en el consumo cultural».
Los debates generados demuestran que el arte y la cultura siempre van a buscar la forma de desarrollarse por difícil que sea la situación. Al respecto, Regina Balaguer Sánchez, directora del Ballet de Camagüey señaló que se debe prestar especial atención a la enseñanza artística. «Cumplir y hacer cumplir el compromiso que tiene el egresado con el servicio social, para garantizar la continuidad de las compañías, es también un tema vital».
En la Asamblea de Balance también se resaltó la labor realizada durante la pandemia, en que escritores y artistas llegaron a la zona roja y alegraron a los enfermos. Además, debatieron sobre la importancia del trabajo comunitario para elevar el hábito de la lectura y llegar con una buena propuesta cultural a las comunidades.
La enseñanza cultural no debe verse desde la institución, expresó Kenny Ortigas Guerrero, «el desarrollo cultural debe ser responsabilidad de todo el mundo», dijo, y pidió que se consulte más a la Uneac en las jornadas, en las campañas y en la producción simbólica.
Por su parte, Nolberto Puentes, director de la orquesta Maravilla de Florida, reclamó que ya no hay espacio para la música popular bailable en Camagüey, y los pocos que hay son para artistas que vienen un día y ganan mucho. «Aquí los espacios están monopolizados por un tipo de música; Camagüey está condenado a un solo tipo de música», dijo.
Otra preocupación fue la conservación del patrimonio artístico camagüeyano; en torno a ese tema, el maestro Reynaldo Echemendía precisó: «hay que organizar esa conservación del patrimonio. Para defenderlo hay que actuar de manera coherente y coordinada»
Magda Resik Aguirre, vicepresidenta primera de la Uneac recordó que Fidel le puso Unión para unir en todos los tiempos, y ese capital simbólico que no se puede perder. «Confiamos en la capacidad que tiene la organización para alertar de esas cosas que se pueden hacer mejor, para compartir la visión de la intelectualidad con los decisores».
Trascendió en la asamblea que este año se destinan más de 320 millones para hacer Cultura en Camagüey; sin embargo, la calidad de la propuesta cultural que se entrega al público tiene que estar a la altura del esfuerzo que el país realiza.
Federico Hernández Hernández, primer secretario del Comité Provincial del Partido en Camagüey, instó a los creadores a seguir en marcha indetenible en defensa de la Revolución. Reconoció la labor de la dirección saliente y ratificó el apoyo a los que entran para seguir defendiendo la política cultural.
En la asamblea quedó electo el nuevo Comité Provincial y su presidencia, al frente del cual resultaron electos Armando Pérez Padrón, como presidente, y se eligió la delegación que representará a Camagüey en el X Congreso de la Uneac.
Al concluir, Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura, enfatizó la relevancia del encuentro para identificar y resolver problemas que afectan la operatividad y la proyección social de la Uneac. «Lo más elocuente de la política cultural cubana es la manera en que trabaja la Uneac, la manera en que se manejan los problemas. Los debates abiertos y democráticos demuestran la importancia de una organización que aborda de esta manera la creación y las dificultades para hacer cultura».












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