ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Espectáculo musical de Korimakao, inspirado en El principito, la célebre obra del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry. Foto: Archivo

En cierta ocasión, cuando le preguntaron sobre la dimensión real del proyecto, aquel primerísimo actor que interpretó tantos personajes importantes llegó a decir, sin el menor delirio de grandeza, que Korimakao era su mayor realización.

En lo profesional y en lo personal, subrayaría el hombre a quien nadie lo hizo desistir de su propósito de promover la auténtica cultura entre los cenagueros, aunque le hizo falta un poco de tiempo para convencer a no pocos.

Casi 25 años después del nacimiento de la agrupación, confesó a un grupo de reporteros reunidos en el sureño municipio matancero. «Mi vida es la actuación, pero la obra de mi vida es el Korimakao».

Manuel Porto, el actor de papeles memorables en la historia de la televisión y el cine, estuvo siempre convencido de que el Conjunto Artístico Comunitario Korimakao podía hacer mucho por mejorar al ser humano y elevar su nivel estético a través del arte, en aquella sureña región, de las más olvidadas de Cuba antes del triunfo revolucionario.

Fidel conocía del verdadero propósito del proyecto, persuadido de que el desarrollo social en la zona debía ir aparejado al de la cultura y de su forma más elevada: el arte. «Desgraciadamente muchos interpretan que el arte y la cultura consisten en un equipo de audio para que la gente mueva la cintura, y eso es una actividad cultural, para mí el arte es mucho más», sostuvo Porto, en una ocasión.

Se fundó el 13 de agosto 1992. A primera vista, su diseño estaba lejos de la vocación festiva de la zona, donde todas las celebraciones pasaban por una tarima improvisada y un poco de alcohol. Tuvo que abrirse paso a empujones. No estaba conectado con los verdaderos gustos de los cenagueros, con tradiciones arraigadas en mucho tiempo de abanodono.

Aun a riesgo de perder adeptos para la causa, Porto insistió con ahínco en que la razón de ser de la institución no era únicamente entretener sino, sobre todo, para inducir la participación de la gente y «lograr la magia de que encima de una montaña o en medio del pantano la gente se crea que está dentro de un teatro».

Yander Roche Miralles, actual director de la agrupación, reconoce el esfuerzo colectivo de la agrupación en todos estos años, con más de un desafío por delante, y enaltece en primer lugar el aporte de Manuel Porto, quien batalló como nadie por la suerte del proyecto. 

Por estos días de abril, en el aniversario 63 de la Victoria de Playa Girón, el Conjunto Artístico Comunitario Korimakao ofreció un espectáculo musical inspirado en El principito, la célebre obra del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry.  

Recrear la historia de ese extraordinario libro «sobre el misterio del amor, la amistad y la importancia de los vínculos», puede interpretarse como un regalo a la propia existencia del conjunto artístico y su entrega de legítima felicidad a los cenagueros. 

Espectáculo musical de Korimakao, inspirado en El principito, la célebre obra del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry. Foto tomada de la página de Facebook del conjunto. Foto: Archivo
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