ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Las influencias de pintores cubanos contemporáneos se aprecian en las obras de los estudiantes. Foto: Germán Veloz Placencia

HOLGUÍN.–Ofrecer a los alumnos recursos técnicos que contribuyen a  dar rienda suelta a la imaginación y fundar bases para hacer fluir la sensibilidad con la que transitarán por las sendas de la creación, es huella musculosa en la trayectoria de la Escuela Regional de Artes Plásticas El Alba.

Esta institución, ubicada en la zona céntrica de la capital provincial, tiene proyección hacia el resto del país, porque abraza una concepción pedagógica que moldea a los educandos bajo el principio de sumergirlos en la creación, desde el mismo instante en que arriban a las aulas.

Las frecuentes exposiciones de sus talleres son la prueba de la buena salud del proceso de enseñanza. Una de las más recientes, de pinturas, mostró los mejores trabajos de alumnos de primero a cuarto año. Fue una interesante revelación del impacto en ellos de lo académico y lo contemporáneo.

Allí estuvo, por ejemplo, el tríptico que Brian Mulet tituló Masa (Técnica: lista/lienzo) Este atrapa una multitud de rostros de personas no identificadas, con las que se  mezclan diabólicos seres. Tiene elemenos comunes con la obra de la famosa pintora cubana Antonia Eiríz, sobre todo con su cuadro La anunciación. Quede claro que no es un ejercicio de copia, sino de interpretación, en el que se aprecia la habilidad del guía del muchacho, el profesor Ronald Guillén.

Justo en el centro del salón –en eso se convierte el vestíbulo de la escuela durante las exposiciones– ubicaron una escultura de El Quijote sobre Rocinante, conformada por artefactos y piezas de metal. ¿Qué hacía allí, en medio de pinturas? ¿No la creó la profesora  Yénice Hernández Diéguez?

El pasado año, Yénice la presentó como tesis de grado, con la que concluyó el tránsito por la Enseñanza Artística Superior en la Universidad de Holguín. Quienes la conocen, ven en  el retador Quijote las trazas dejadas por el Taller Arte-Fábrica, famoso por renovador. A través de él, cuando era alumna de El Alba, llevó sus proyectos creativos a la empresa de Combinadas Cañeras KTP, y los desarrolló con la participación de los trabajadores.    

Durante aquel experimento creativo, y en la exposición que nos ocupa,  no hubo trasgresión sino osadía, porque el colectivo pedagógico de esta escuela siempre se ha planteado pulsar toda experiencia humana con el fin de expandir el arte y enriquecer el alma.

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