ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Fotograma de la Película

La película que estrenará el espacio Pantalla documental (canal Educativo, miércoles 19, 10:30 p.m.) nada tiene que ver con los habituales y recurrentes materiales sobre la fauna que pueblan la pequeña pantalla, en los  que se muestran de manera didáctica el origen de las especies, las características de los ecosistemas, y la necesidad de preservar la biodiversidad.

Salvajes, el cuento del lobo (España, 2021) trata sobre el hombre. Cierto que su discurso entronca con la relación que este establece con la naturaleza, pero el acento principal radica en la ruptura del tejido civilizatorio que se produce cuando una modernidad mal entendida y políticas públicas fallidas llevan al límite a seres humanos.

Confieso que al enfrentarme, casualmente, al filme pensé prejuiciadamente que era un nueva y válida (e inútil debido a la terquedad de no pocos de nuestros semejantes) alerta sobre una especie en peligro de extinción, en este caso el lobo.

A poco de avanzar en su visionaje, cambió la perspectiva. Por algo más de hora y media, la cámara ausculta la realidad de montañeses asturianos dedicados a pastorear ganado menor en abruptos parajes, lo suficientemente alejados de los centros urbanos donde se deciden sus destinos.

El lobo, como en el cuento de la caperucita, es el enviado del mal. El lobo que solo aparece una vez en la pantalla –no diré cómo, para no arruinar el factor sorpresa de la narración–, pero que está en la boca de todos.

Pienso que el valor de la película pasa por el desmontaje de un  mito y la incitación a recolocar en el foco el verdadero centro del conflicto: la marginalidad de una comunidad que no entiende ni es entendida por un sistema en el que parecieran sobrar. Por lo que nada es más conveniente que culpar al lobo de todos los males, incluso el que se deriva de los efectos de una norma protectora que incide gravemente en la vida de los pastores.

La periodista española Rosa Tristán, al seguir el rastro de la película por festivales, señaló cómo se va ganando alguna conciencia en sectores del público, «como para restaurar –subraya– esa bisagra perdida entre dos mundos, para que no sea un carnívoro con 300 000 de historia el que salga peor».

Alex Galán, director del filme, llegó al cine por la vía de su profesión y vocación ambientalista. En la década pasada incursionó en Kurdistán y en Mongolia como miembro de un programa de estudios sobre los efectos del cambio climático, hasta que miró su entorno más cercano y descubrió que valía la pena narrar y poner en contexto la crisis de estos pastores asturianos.

Del lado del mito, pesa lo apuntado por el realizador: «Los perros salvajes atacan e incluso son más peligrosos porque se nos acercan a los humanos, cosa que un lobo no hace nunca. Pero sobre el lobo se cree lo peor. El primero es un factor emocional, es el único animal que históricamente nos competía por la comida y por su inteligencia. Y quedó como un enemigo ancestral».

Filme crudo y duro al que cierta crítica le atribuye aires de western, en el cual el espectador puede hallar el sustrato de una vieja verdad: el hombre es el lobo del hombre. 

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

Mary dijo:

1

18 de abril de 2023

09:03:24


Se extraña mucho a Rolando Perez Betancourt