Cuando se repasa la vida de Paul Robeson, cobran sentido aquellos versos del español Gabriel Celaya cantados por Serrat, que rezaban en un pasaje culminante: «maldigo la poesía que no toma partido hasta mancharse».
El cantante y actor negro estadounidense, a quien ayer domingo 9 de abril muchos celebraron por el aniversario 125 de su nacimiento, nunca dejó de tomar partido por la justicia social en su país y más allá de sus fronteras.
La España republicana fue testigo de esa vocación, de la cual dejó un valioso testimonio nuestro Nicolás Guillén. El poeta cubano, en medio de la contienda y colocado en el bando de los agredidos como lo demostró al participar en el Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, entrevistó al artista en Barcelona y publicó sus declaraciones en la revista Mediodía bajo el título Paul Robeson al servicio del pueblo español.
La entrevista nutrió el libro Hombres de la España leal, impreso en La Habana en noviembre de 1938, a base de los materiales escritos por Guillén y Juan Marinello en aquellas procelosas jornadas. El volumen fue reeditado en 2010, en Sevilla, con un prólogo del ensayista cubano Jorge Domingo.
Robeson habló alto y claro al autor de Motivos de son: «La causa de la democracia en España es también la mía. Como persona negra, pertenezco a una raza oprimida, discriminada, que no podría vivir si el fascismo triunfara en el mundo».
Pocas semanas antes de su arribo, el 24 de enero de 1938, a la península ibérica, el cantante ofreció en la Royal Albert Hall, de Londres, un concierto en beneficio de los combatientes por la República. Al dirigirse al público, expresó: «El artista debe tomar partido. Debe elegir luchar por la libertad o por la esclavitud. Yo he elegido. No tenía otra alternativa. Que vuestro mensaje inspirador llegue a todos los hombres, mujeres y niños que defiendan la libertad y la justicia. Porque la liberación de España de la opresión de los reaccionarios fascistas no es un asunto privado de los españoles, sino una causa común de toda la humanidad avanzada y progresista».
Estas convicciones se hallaban arraigadas en Robeson. Su padre padeció el régimen esclavista y se emancipó por sí mismo al fugarse al norte de la nación en el llamado tren subterráneo, cadena clandestina organizada por el movimiento abolicionista antes de la Guerra de Secesión. Inculcó en su hijo Paul ansias de superación cultural, por lo que este, con grandes sacrificios, matriculó Derecho en la Universidad de Rutgers, solo que al egresar ningún blanco se atrevió a contratar a un abogado negro.
Las excepcionales cualidades vocales y el talento histriónico abrieron camino al joven. Como actor, luego de probarse en Londres, llamó la atención al notable dramaturgo Eugene O’Neill, quien lo invitó en 1925 a protagonizar El emperador Jones. Ese mismo año incursionó en el cine, con una película muda de negros solo para ser vista por negros, Cuerpo y alma. Así andaban las cosas en EE. UU., al punto que pasados los años la crítica, al recordar el encomiable desempeño de Robeson en el Otelo, de Shakespeare, siendo estrella en Broadway, «durante los 13 años de puesta del clásico del amor y los celos, jamás pudo besar en escena a Desdémona (Uta Hagen), porque un negro no podía tocar a una mujer blanca, ni en el teatro».
Un momento climático de su carrera se produjo en 1935, cuando cantó Ol’ man river en la película Show boat. Donde quiera que estuvo, esa pieza fue su carta de triunfo.
Tras la Segunda Guerra Mundial y con el advenimiento de la Guerra Fría, Robeson fue escarnecido y condenado al ostracismo por las élites de poder. Todo el fuego del macartismo contra él: fichaje y seguimiento por el FBI y linchamiento mediático. Llegaron a tildarlo como «el Stalin negro».
Sin embargo, nunca se rindió ni hizo concesión alguna. O lo aceptaban o lo marginaban, pero jamás, hasta su muerte en Filadelfia en 1976, dejó de creer en sus ideas.
En el suplemento dominical del diario Noticias de Hoy, correspondiente al 23 de agosto de 1959, apareció un mensaje suyo dirigido a su amigo Nicolás Guillén en el que saludó la victoria revolucionaria cubana.












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Rogerio Santana dijo:
1
10 de abril de 2023
18:25:46
James Early Respondió:
13 de abril de 2023
05:36:15
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