Pedro Romero, creador de bellezas

Nunca será suficiente renegar de aquellas canciones desbordantes de textos indecentes, composiciones que por otros lares hasta han alcanzado altos índices de popularidad en prestigiosos concursos. Sin embargo, la forma mas efectiva para develar la ausencia total de esa ética presente en los principios elementales de una conducta humana con altos alcances morales es justamente la promoción de aquello que se le antepone para poder enriquecer nuestro disfrute de una canción artísticamente superior.

Tales reflexiones afloran al saber del fallecimiento de un músico como Pedro Romero. Considerado entre los compositores cubanos de mayor prestigio en la actualidad, basta conocer de su paso por diferentes ediciones del Concurso de Música Cubana Adolfo Guzmán, en el cual, si decidía participar, tanto en la categoría de la canción o en la de música bailable, arrasaba al alcanzar posiciones cimeras como el Gran Premio otorgado a Mariposas, interpretada nada menos que por Beatriz Márquez. Otras dos piezas suyas que argumentan nuestro reconocimiento son títulos como Se nos va la vida y ¿Que hago con la canción? Es, sobre todo en esta última, donde solo un compositor imbuido de la necesidad de dirigirse a quienes reclaman textos reflexivos cargados de lirismo, es capaz de rechazar la deshumanización que se nos pretende imponer en estos tiempos.

Cuando se es capaz de dejar un legado autoral del elevado nivel artístico de Pedro Romero, nos queda la certeza de que su alma descansa en paz, satisfecho de haber cumplido con la belleza y con su pueblo.