Al dar a conocer el deceso de Rodolfo Livingston, acaecido el pasado día 6 de enero a los 91 años de edad, los medios argentinos de comunicación no solo destacaron sus contribuciones a la concepción de una arquitectura socialmente comprometida, sino también la conexión sentimental del célebre profesional con Cuba.
En 1961, poco después de la victoria de Playa Girón, Livingston llegó a Cuba con la firme idea de ponerse al servicio de un proceso de transformaciones revolucionarias que había llamado su atención por hechos como la Reforma Agraria y la democratización de la educación y la cultura. Marchó a Baracoa donde, por casi tres años, codo a codo con los habitantes del lugar, intervino en el levantamiento de la comunidad Turey, que dignificó las condiciones de vida de familias hasta entonces condenadas a la precariedad.
Invitado a la Tercera Conferencia Internacional de Arquitectura y Urbanismo, retornó a Cuba en 1991, y se involucró en el fomento del programa del Arquitecto de la Comunidad, que lo llevó a recorrer, durante parte de esa década, el país de punta a cabo, bajo la premisa de que en la concepción y concreción de los espacios habitacionales resulta imprescindible el coprotagonismo de quienes van a residir.
En una entrevista concedida a la escritora chilena Marta Harnecker, Livingston afirmó: «Yo no traje a Cuba ningún modelo nuevo de vivienda ni planos ni materiales ni modas. Mi aporte fue haber logrado juntar a los clientes con los arquitectos, y a estos con su propia creatividad. Todo estaba allí».
Desde 1959, Fidel ocupó un sitio privilegiado en la memoria y expectativas de Livingston. Pudo conocerlo personalmente y dialogar largas horas con el líder de la Revolución. Nunca olvidó la circunstancia: la noche que sucedió a una penetración del mar que inundó vastas zonas del litoral habanero. Ver en acción a Fidel, atendiendo cada detalle, le confirmó la estatura moral, la vocación humanista y el extraordinario talante revolucionario de quien fue para él un paradigma.
Fruto de aquellas experiencias escribió los libros Cuba existe, es socialista y no está en coma, publicado en los años 90, y Cuba rebelde, donde abordó, en los albores de la actual centuria, las fuentes siempre renovadas de resistencia de un pueblo permanentemente hostigado por el imperialismo.
COMENTAR
enrique dijo:
1
10 de enero de 2023
05:35:05
Yippsi B. Isidrón Fleites dijo:
2
12 de enero de 2023
04:23:31
Sara Fiqueni Méndez dijo:
3
12 de enero de 2023
07:48:04
alEjandro dijo:
4
12 de enero de 2023
09:13:49
Responder comentario