Aurora Basnuevo y Mario Balmaseda, con ellos, su pueblo

La posibilidad de que el pueblo les ofrezca sus honores será el homenaje que tendrá lugar en la sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba. El 11 de octubre, de 12:00 m. a 4:00 p.m., se rendirá tributo a la Basnuevo y el 12, de 10:00 a.m. a 2:00 p.m., se honrará a Mario Balmaseda

Dos grandes de la cultura cubana partieron por estos días del mundo. Dos nombres, inscritos no solo en todo registro que contempla la entrega en cuerpo y alma a una profesión como es la actuación, sino suscritos también en el corazón de nuestro pueblo.

Los nombres de Aurora Basnuevo y de Mario Balmaseda hablan por sí solos. Escucharlos, o decirlos, es percibir emociones, admirarlos, respetarlos, quitarnos ante ellos el sombrero. Es verlos desdoblados en un abanico de desempeños, ninguno más pequeño que el otro, en todos crecidos y únicos, en todos simplemente ellos.

En días difíciles para su Patria nos dijeron adiós, y se esperaba el homenaje mayor. La posibilidad de que el pueblo les ofrezca sus honores será el homenaje que tendrá lugar en la sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba. Hoy, 11 de octubre, de 12:00 m. a 4:00 p.m., se rendirá tributo a la Basnuevo. Mañana 12, de 10:00 a.m. a 2:00 p.m., se honrará a Mario Balmaseda.

Todas las personas que deseen asistir a las respectivas ceremonias lo podrán hacer desde la Avenida Paseo. (Con información del Ministerio de Cultura y del Instituto Cubano de Radio y Televisión)

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Manuel Domínguez Moreno dijo:

11 de octubre de 2022

07:10:16

¡¡¡ Qué pedazo de actriz !!! ... ¡¡¡ Qué pedazo de actor !!! ... Fueron generaciones enteras, las que disfrutamos de sus actuaciones, las que siempre fueron geniales, espléndidas e ingeniosas. Mario Balmaseda como Aurora Basnuevo, fueron figuras indispensables no solo en la TV, sino también en la radio y teatro. Comprometidos con la Revolución, supieron dar siempre al público, un mensaje positivo, eficaz y provechoso. Fueron dos ARTISTAS CREADORES (así en mayúsculas), que tuvieron sentido de pertenencia, que fueron ejemplo de sacrificios y abnegación. En su vida cotidiana, siempre transmitían la ternura y sensibilidad a los que en la calle le abordaban. ¿Qué más decir de estos dos colosales de su labor, nos hicieron disfrutar en cada función?, nos llenó de orgullo, cada premio, cada medalla, cada condecoración que bien merecidas se las tenían. Con dolor profundo, la cultura cubana y el pueblo de Cuba, han perdido a dos de sus grandes. Mis deseos es que en cada escuela de actuación en Cuba, en cada centro de formación de artistas en nuestro país, se multipliquen las Aurorita Basnuevo y los Mario Balmaseda. No podré estar presente en los honores que rendirá nuestro agradecido pueblo a estos dos gigantes de la cultura, pero desde este otro lado del Atlántico, mi corazón y pensamiento, estará allí, en la sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba.