La tecnología no es mala si promovemos su buen uso

Noemí es incapaz de alejar la vista del celular durante una conversación, incluso en la escuela, donde está prohibido su uso. No duerme, pendiente de un videojuego. Esta manera de comportarse no les preocupa a sus padres, casi tan apegados al teléfono móvil como ella.

La adicción de esa adolescente de Calendario –interpretada por Ingrid Lobaina Ruiz–reactiva un foco epiléptico, que le provoca un ataque en el capítulo 5 de la teleserie que transmite la televisión cubana.

Precisamente, para la joven actriz, el reto más grande fue la escena de la convulsión. «Quise abordarlo con respeto. No conozco a nadie con esa enfermedad ni he presenciado un ataque, entonces me preocupaba que no fuera real y que alguien que supiera del tema no se sintiera del todo identificado o que no estuviese abordado de la manera correcta».

Para lograr veracidad en su interpretación, se apoyó en su mamá que es doctora, consultó a personas que han estado presentes en situaciones similares e investigó. «Me topé con una serie auspiciada por un centro de salud donde se representan los tipos de epilepsia de acuerdo con las circunstancias que rodean el ataque».

Desde el lente ficcional de esta producción se tocan diversas problemáticas de la sociedad cubana, vistas desde el mundo interior de los adolescentes. De ahí la acogida que ha tenido en las familias. «La mayor satisfacción es el cariño con el que el público ha recibido al personaje. Espectadores de diversas edades me han contactado para decirme que se sienten identificados, e incluso que no habían detectado que tenían una dependencia hasta que vieron la teleserie. Y eso me alegra muchísimo, sobre todo porque siento que se está creando una conciencia respecto a esas adicciones que pueden pasar tan desapercibidas.

«Noemí ha logrado que la gente comience a revisarse y a ser consecuente respecto al tiempo que pasa frente a la pantalla. Su caso es de los más graves. Eso no quiere decir que por usar excesivamente el celular todos vayamos a tener un ataque epiléptico, pero digamos que este ha sido un punto climático que ha visibilizado el tema».

Para Ingrid, el éxito de la serie radica en que va más allá de exponer el conflicto. «Calendario propone soluciones. No le estamos haciendo la guerra a la tecnología, no estamos diciendo que es mala, sino que promovemos su buen uso.

«Es una invitación a que las personas revisen la relación que tienen con sus celulares, si están extrayendo de ellos las mejores ventajas. También es un llamado para que quienes han percibido en su familia adicción, se acerquen a los especialistas para resolverla».

La actriz, que vivió su adolescencia en otra etapa de nuestra sociedad, se ha percatado de que «hoy es muy usual ver a niños jugando con tablets, desde que son pequeños tienen celulares e incluso redes sociales», por lo cual alerta –a través del personaje– a los padres para que «estén más atentos y participen en esos procesos.

«En el caso de Cuba, hemos estado atrasados en la incorporación de la tecnología a la vida diaria, lo cual supone una ventaja en el sentido de que ya podemos enfrentarnos a sus aspectos negativos habiendo experiencias a nivel mundial».

La valía de Noemí ha tomado diversos cauces: contribuir a reconocer la existencia en nuestra sociedad de la nomofobia –dependencia al uso de teléfonos inteligentes–, poner en su lugar el papel de los profesores en la formación de los educandos y enfrentar a la actriz con su historia personal, lo cual le sirvió de punto de partida para encarnar al personaje. «Le ha hecho justicia a la Ingrid de secundaria: un poco introvertida, enajenada, alejada de su entorno, que en ese momento llegó a sentirse mal por cómo era y no tuvo una Amalia que la encaminara o que la hiciera celebrar su diferencia o que supiera detectar cuáles eran las cosas que más le gustaban para potenciarlas».