ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Adalberto Álvarez en una gala de inauguración del Festival Matamoro Son. Foto: Yander Zamora

Caracas, Venezuela. —Dos amaneceres sin ti lleva este septiembre, Adalberto. Corren desconcertados clamores, porque, según dicen, te has ido. No cabe en tu archipiélago la tristeza, y ha recalado en Caracas. «¡Ese coronavirus nos ha quitado tanta gente querida y valiosa!», lamentó Nicolás Maduro, al esbozar tu partida.

Había como un rencor hacia el SARS-COV-2 en la voz del presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela. «Sentí nostalgia», dijo, y te llamó por tu inscripción popular: «Caballero del Son». A los familiares y al pueblo de Cuba «nuestras condolencias».

Esas fueron hoy las primeras palabras del mandatario venezolano frente las cámaras de televisión, ante su pueblo. Te alabó. Te agradeció. Te reconoció al empezar la jornada el bolivariano.

Lo hizo como turbado por la angustia que le deja tu adiós; sin esconder la añoranza por El Son de la madrugada, A Bayamo en coche, Y qué tú quieres que te den… Es la admiración por tus sones que acompañaron su juventud.

«Nosotros, los muchachos de los 80, no podemos olvidar el ritmo, el carácter de la música de Son 14, de Adalberto», aseguró el presidente.

De haber intentado esconder su morriña no lo habría conseguido; el rostro lo delataba: «Adalberto Álvarez agarró el son cubano y lo trajo al sonido de los años 70 y 80, se impuso en América Latina con su Son 14; rompió el bloqueo que tenían contra las orquestas cubanas, y nuestra juventud de los 80 comenzó a bailar», dijo.

Nicolás Maduro te despide con tristeza, Adalberto, pero con gratitud por tu obra, que es cubanía. «Es, sobre todo, la alegría de un Caballero del Son», dijo, con palabras que ayudan a rescatar la certeza: tú vives y vivirás; pasajera es la sensación de este septiembre sin ti.

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