La Red en Defensa de la Humanidad (REDH), es un movimiento de pensamiento que expande sus acciones en pos de la solidaridad y se opone a toda forma de dominación. Constituye una movilización heterogénea compuesta por intelectuales y escritores, artistas, poetas, científicos, académicos, abogados, maestros, economistas, religiosos, deportistas, estudiantes, proyectada hacia el cambio social y el apoyo a los procesos que favorecen a dicho cambio.
Ante los acontecimientos acaecidos en Cuba el pasado 11 de julio, esta organización no demoró en pronunciar su postura en distintas voces a favor de la Revolución. Una de ellas fue la de Marilia Guimarães, escritora y profesora brasileña.
En un artículo publicado en el sitio web de la REDH, titulado La #Cuba revolucionaria defiende su soberanía y vencerá Guimarães expresó: «Deciden atacar, esta vez, incitando a los artistas -que no lograron tener sus quince minutos de fama– desencadenando falsa inestabilidad en el país. Ahora antes la agudización de las necesidades económicas, en medio de una pandemia, se manipula a la juventud a salir a las calles como suele acontecer en América Latina, es un juego orquestado por la CIA y amparado por los gobiernos genocidas del Cono Sur como Brasil, Colombia y la extrema derecha en Ecuador.
«Pero el Caimán barbudo para unos, la isla de Fidel para otros, el pequeño trecho de tierra que irradia poesía, amor, armonía, sostenidos y bemoles para los dotados de extrema sensibilidad, la tierra de los más revolucionarios, el ejemplo de coraje y solidaridad decidió escribir su propia historia y lo seguirá haciendo», aseveró.
Asimismo, el politólogo cubano, doctor en Ciencias Filosóficas, profesor del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos de la Universidad de La Habana (CEHSEU) y miembro de la Sección de Literatura Histórica y Social de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, Roberto Regalado explicó en la misma plataforma que a la Revolución cubana hay que defenderla sin vacilación o condicionamiento alguno. «Nadie dude, ni un solo instante, en apoyarla con toda energía y sin el más mínimo reparo. Esto es válido, tanto para las amigas y los amigos de otros países que siempre han sido solidarios con ella a sabiendas de que las condiciones y las características de sus propias luchas, correlaciones de fuerzas y/o concepciones programáticas son diferentes a las de Cuba, como para las cubanas y los cubanos que desean espacios de diálogo, debate, concertación y construcción de consensos sobre de dónde viene, dónde está y hacia dónde va nuestro socialismo».
Por su parte, Claudio Katz, economista argentino, militante y activista de los derechos humanos comentó: «Las protestas en la isla ilustran un descontento que obedece al criminal bloqueo acentuado por Estados Unidos durante la pandemia. La derecha redobla la agresión desde Miami e intenta revertir las adversidades políticas que afronta en la región. El futuro de todos los proyectos latinoamericanos de soberanía, desarrollo e igualdad se juega en la defensa de la revolución. A diferencia de las miradas socialdemócratas y dogmáticas el grueso de la izquierda comprende esa disyuntiva».
A todas estas declaraciones, recogidas en la plataforma digital de la REDH, se suma además la del Doctor en Historia Contemporánea de la Universidad de Santiago de Compostela Juan Paz y Miño, quien expone los altos costos del embargo cuando manifiesta que:
«El bloqueo a Cuba durante seis décadas, de acuerdo con datos oficiales, ha representado para su población un perjuicio equivalente a 147.853 millones de dólares. Solo durante la pandemia los daños alcanzaron 9.157 millones de dólares una cantidad comparable con el préstamo de “servicio ampliado” que en 2019 acordó Ecuador con el FMI (y otras entidades financieras) por 10 mil millones de dólares».
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