Gestos de solidaridad de pueblos hermanos preludian lo que será en los próximos días la edición 40 del Festival Internacional del Caribe, trasladada a las plataformas virtuales debido al agravamiento de la COVID-19.
Desde latitudes diversas llegaron señales de adhesión y fraternidad en estos días previos al comienzo de la cita, del 3 al 9 de julio próximo, como fue la del maratón cultural solidario de Puerto Rico contra el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos a Cuba, según reseñó Prensa Latina.
Esa acción, auspiciada por el Comité de Solidaridad con Cuba, evoca también los 30 años de la brigada Juan Rius Rivera e incluyó la recolección de jeringuillas y otros insumos médicos para la vacunación contra la COVID-19.
Desde México, y en nombre del Movimiento de Solidaridad de esa nación, fue transmitido, también, el saludo a la Casa del Caribe, institución que, bajo el liderazgo del intelectual Joel James, inició la Fiesta del Fuego un año antes de su fundación, en 1982.
En la medida en que se aproximan los días del jolgorio, la voluntad es aprovechar al máximo las potencialidades que brindan las redes sociales para visualizar al máximo ese caudal inmenso de energías y valores artísticos que encierra la cultura popular tradicional.
Por ese motivo se ponen a punto múltiples espacios y se propicia el acercamiento entre artistas y estudiosos de varios países para convertir a esta edición 40, dedicada a Belice, en otro momento de crecimiento y acercamiento espiritual en el Caribe.
Así avanzan preparativos de los talleres de estudios literarios en la región y de oralidad, varios salones de artes plásticas y el Coloquio El Caribe que nos une, espacio teórico que actualiza miradas hacia la historia, la cultura y la realidad de estas tierras.
Un acicate para los organizadores del Festival fueron las recientes palabras del Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, al ratificar que «no vamos a regalar la Revolución ni sus espacios», con la exhortación a gestionarlos mejor.
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