Stride fue proclamada el pasado fin de semana como la obra merecedora del Premio Pulitzer de Música 2021. Su autora es cubana, Tania León (La Habana, 1943), compositora que por cinco décadas ha conquistado un espacio significativo de reconocimiento en la vida musical de Estados Unidos. En español, el título significa «un largo y decisivo paso», lo cual encaja con la propuesta conceptual de una partitura que honra la lucha de las mujeres por ser tomadas en cuenta en la vida política, social y cultural y, como ha dicho ella misma, «seguir adelante».
Con una duración de 15 minutos, Stride se estrenó el 13 de febrero de 2020 en el Lincoln Center, por la Filarmónica de Nueva York. Tania respondió a la invitación de esa institución para que formara parte de la convocatoria Proyecto 19, en el que igual número de autoras tributaron obras dedicadas a conmemorar el centenario de la aprobación de la Décimo Novena Enmienda el 26 de agosto de 1920, que reconoció, al fin, el derecho al sufragio femenino. Fue aquella una victoria parcial del movimiento feminista, al quedar excluidas de ese derecho, en un país que blasonaba ser el modelo democrático a imitar, las negras y las de origen latino, asiático y nativoamericanas.
Ellen Reid, ganadora del Pulitzer el año anterior, estuvo en el jurado que premió Stride y se decidió por la pieza por la excelencia con que su colega cubana reflejó tradiciones y raíces que dan cuenta de la diversidad cultural de su entorno: «Ella es una embajadora maravillosa de la música y su amor es contagioso», dijo.
Sin embargo, una crítica publicada en The New York Times observó que Stride «no es puramente optimista; las francas fanfarrias de metal se repiten a lo largo de la pieza, una especie de anuncio periódico, y los solos de viento de jazz surgen de las texturas orquestales, pero siempre acecha una energía oscura e inestable; un ritmo de África Occidental se mezcla por debajo, un recordatorio de que las muje-res negras fueron inicialmente excluidas del derecho que les otorgó la enmienda». Al respecto, la compositora apuntó: «Bajo todas estas campanas de celebración, todavía hay una especie de lucha».
Tania hizo sus primeros estudios musicales en La Habana y desde la mitad de los años 60 se instaló en ee. uu. Había situado su meta en París, pero se insertó, no sin esfuerzos, a base de talento, en la escena musical estadounidense, con Nueva York como punto de encuentro.
En 1969 fue la primera directora musical del Teatro de Danza de Harlem. Instituyó los conciertos de la Comunidad Filarmónica de Brooklyn en 1978 y en 1994 cofundó la Orquesta de Compositores Estadounidenses Sonidos de las Américas. Un logro notable constituyó la ópera El azote de los jacintos, basada en una obra del nigeriano Premio Nobel de Literatura, Wole Soyinka, comisionada en 1994 por la Bienal de Munich.
En octubre de 2010, Tania viajó a su isla natal con motivo del Festival Internacional Leo Brouwer de Música de Cámara. Luego, en noviembre de 2016, participó en el Festival de la Uneac de música contemporánea y dirigió la Orquesta Sinfónica Nacional.












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