ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Cartel de la Feria

Matanzas.–El poeta y antropólogo Miguel Barnet sostuvo aquí que «la Feria del Libro es una expresión del sentimiento de todos los cubanos de imponerse vivir, y vivir con alegría y con esperanza, que es lo que no se puede perder». 

Recordó la sentencia de Fidel de que la cultura nos salva, pues en medio de todas las dificultades y limitaciones motivadas por «un imperio anormal en su odio, en su ensañamiento como nunca hacia nosotros, prevalece el estoicismo del pueblo». 

Barnet se mostró impresionado por la belleza del paseo de la calle Narváez, uno de los espacios que acogió la cita literaria en Matanzas, y evocó con añoranza a  Carilda Oliver Labra. «La extraño mucho», manifestó. 

Ella es de una presencia permanente, como un ovni que siempre nos está rondando, comentó luego de hacer notar que la poetisa matancera vivió según su leyenda, «vivió su poesía en la práctica, en la noche, en la complicidad y en la lucha de conspiración contra los enemigos, y a mí me consta». 

El homenaje precisamente al escritor y patriota cubano Miguel Barnet fue un buen cierre para la Feria Internacional del Libro en esta provincia, fiesta cultural que habitualmente sacude a la pequeña urbe durante varios días.

La obra del poeta, narrador y etnólogo, quien transita con lucidez los 80 años de vida, fue exaltada por varios intelectuales que remarcaron el alcance de una producción literaria, en la cual sobresale Biografía de un cimarrón, clásico de la literatura cubana.

Durante el coloquio los panelistas enaltecieron el ejercicio intelectual y creador de Barnet, figura de reconocida vocación ética y social, «con paso explorador y oficio múltiple».

En la jornada se realizaron conferencias, además, sobre la obra de la investigadora Ana Cairo Ballester y del dramaturgo Eugenio Hernández Espinosa, personalidades a las que está dedicada la Feria del Libro 2020.

También se presentó el libro Los hechos contenidos, del biógrafo Urbano Martínez Carmenate, así como los textos A unas leguas del palenque, de Cecilia Soto, y El libro de todas las lunas, de Lidia Meriño, ambos en el cierre del Pabellón Infantil.  

Pese a la compleja situación hemos logrado una de las mejores ferias del libro en cuanto a actividades, promoción de los autores y a la seriedad en las propuestas a nivel intelectual y de pensamiento, aseguró José Manuel Espino, presidente del comité provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).

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