Entre los homenajes que durante 2019 han tenido lugar para celebrar el aniversario 60 del Icaic, primera de las instituciones culturales fundadas por la Revolución, y lidereada por el descollante intelectual Alfredo Guevara, destaca un encuentro teórico acaecido el pasado marzo en la Casa del Festival, el cual protagonizaran reconocidas personalidades desde la merecida evocación.
Muy preciso fue Iván Giroud, presidente del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, al expresar que las intervenciones, destinadas a rememorar la significación del Icaic –y de las cuales ofrecemos fragmentos en estas líneas– serían «apenas una provocación que debe encaminarnos a otras jornadas de reflexiones», ocasión en que aseguró que lejos de que fuera la nostalgia el sentimiento que los convocara, la intención no era otra que «buscar en la historia todos los elementos que nos sean útiles para retomar el camino».
En efecto, propuestas editoriales, fonográficas, curatoriales… y todo un Festival de Cine tributan honores al Icaic, prioridad que avaló la Revolución Cubana a solo tres meses de su triunfo. «Sí, tenemos el propósito de establecer la industria cinematográfica cubana con leyes y medidas económicas directas, hay personal, los estudios hay que ampliarlos algo y darles apoyo, porque consideramos que existen todos los elementos
necesarios para hacer desarrollar la industria cinematográfica cubana», expresaba el Comandante en Jefe Fidel Castro, en su primera comparecencia televisiva, después de ser nombrado Primer Ministro, cuando se le indagaba sobre si tenía la Revolución planes al respecto.
El 24 de marzo de 1959, la gaceta oficial de la República de Cuba hacia efectiva la Ley No. 169 que creaba el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos. El Icaic tendría como propósito organizar y planificar todas las actividades profesionales relacionadas con el cine en los niveles de producción, distribución, exhibición y promoción, atendiendo a criterios artísticos enmarcados en la tradición cultural cubana. En palabras de Alfredo Guevara: «la tarea principal del Icaic era la creación de una base técnico-material, y organizativa, y de una atmósfera cultural, espiritual, propicia al surgimiento y desarrollo de los creadores y de sus realizaciones, de la obra de arte».
A 60 años de la fundación de un proyecto que permitió a un país verse reflejado en la pantalla grande, con sus conflictos, contradicciones y aciertos, y que nació en medio de la convulsión natural de un escenario absolutamente nuevo, sin que faltaran desde ya amenazas imperiales foráneas, el Icaic sigue siendo un desafío que se reedita y aspira al perfeccionamiento de su industria y a un cine más valioso.
INTELECTUALES HABLAN DEL ICAIC, HACE 60 AÑOS
«Resumo la década de los 60 del Icaic, (…) considerando que en ella se consolidó la política cultural cinematográfica de la Revolución, con resultados esencialmente exitosos tanto en la producción del cine nacional como en la formación del público cinematográfico, a partir de una política de exhibición en las salas de cine del país de películas de todas partes del mundo donde pudieran adquirirse, sustentadas en que diversificar era la única manera de descolonizar las pantallas ante el predominio del cine comercial en el mercado cinematográfico internacional». (Manuel Pérez Paredes).
«El Icaic fue uno de los factores que contribuyeron a conformar la política cultural en ese primer diseño, en ese primer decenio de la Revolución, en una etapa que estaba cargada, como siempre, de contradicciones, de contradicciones no antagónicas por cuanto todos compartían la idea de un proyecto socialista, pero había discrepancias en cuanto al modo de llevarlo a cabo, y esas tendencias se fueron definiendo por una parte en el Icaic, por otra parte en la Casa de las Américas, y también en la institución que estaba concebida para llevar adelante el trabajo de la cultura, me refiero al Consejo Nacional de Cultura. (Graziella Pogolotti).
«Entonces el primer impacto que recibo del Icaic, y esto lo digo analizado con el tiempo, es descubrir en los Noticieros, no es casual «descubrir» en ellos y en las primeras películas, que aquello que yo estaba conociendo, viviendo junto a cinco millones de cubanos del '59, nos era devuelto en el cine como «otra» realidad, la misma y diferente, eso a mí me subyugó, me impactó, ahí marco que nace lo que ahora conocemos o llamamos el capital simbólico de la Revolución: imágenes de los rebeldes con rostros diversos de hombres y mujeres jóvenes que hacían cosas extraordinarias, y todo eso que vivíamos cada día fue documentado por el naciente cine cubano y transformó mi manera de ver el cine, dejó de ser solo entretenimiento; ahora aquel espacio público al alcance de todos los bolsillos se convertía en la mayor zona de influencias para que fertilizaran las nuevas maneras de pensar. Todo eso lo comprendí después». (Rebeca Chávez).
«¿Cuándo se crea el Ministerio de Cultura en Cuba? En 1976, o sea, fíjense, veintisiete años después de la Revolución, eso tiene una importancia colosal (…) porque el Icaic va a tener casi función de Ministerio de Cultura, que es un poco la ambición de Alfredo, con todos los departamentos, que son casi un gobierno, artes plásticas con el cartel, la música, el desarrollo de las artes decorativas, ¿entienden?, hay todo el panel de lo que es una escuela de bellas artes y todas las actividades de un Ministerio de Cultura». (Ignacio Ramonet).
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