ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Zarzuela Cecilia Valdés, por la compañía lírica Ernesto Lecuona, de Pinar del Río. Foto: Ricardo López Hevia

Cuerazo tras cuerazo veía aquel niño azotar a un hombre de tez oscura. Inmovilizado en el cepo, muriendo de hambre o arrastrándose sobre su propia miseria, así vivían los esclavos en la hacienda donde se crió el pequeño Cirilo Villaverde, hijo de un médico dueño de un ingenio azucarero en Vueltabajo.

Años más tarde, todo el sentimiento que estas escenas le provocaron, Villaverde supo retratarlo de manera magistral en su novela Cecilia Valdés o La loma del Ángel. «Lejos de inventar o de fingir caracteres o escenas fantasiosas o inverosímiles, he llevado el realismo, según entiendo, hasta el punto de presentar los principales personajes de la novela con todos sus pelos y señales», contaba el autor en el prólogo a la primera edición de Cecilia Valdés.

Nacida de la relación extramatrimonial entre un rico hacendado blanco y una negra libre, la despampanante Cecilia representa el rasgo fundamental de la sociedad cubana decimonónica: el mestizaje. Ni tan marcada por el ébano para ser considerada negra, ni tan blanca para ser admitida, la protagonista busca aprovechar las oportunidades que ofrece el régimen para ascender en la pirámide social, es decir, casarse con un blanco rico, que resulta ser su hermano Leonardo Gamboa.

Más allá del relato romántico, la novela es una provocación al sistema colonial, pues lo describe sin dulcificar los horrores de la esclavitud y el deterioro moral latente en la sociedad cubana del siglo XIX. «Me precio de ser, antes que otra cosa, escritor realista (...). Reconozco que había sido mejor para mi obra que yo hubiese escrito un idilio, un romance pastoril (…), pero esto, aunque más entretenido y moral, no hubiera sido el retrato de ningún personaje viviente, ni la descripción de las costumbres y pasiones de un pueblo de carne y hueso, sometido a especiales leyes políticas y civiles», sentenciaba el autor. 

Villaverde, quien fuera acusado de conspirar contra los derechos de la corona de España y autor de varias obras como Compendio geográfico de la Isla de Cuba, no solo fue escritor, sino que alternaba este oficio con el magisterio y el periodismo.

La Patria cubana ostenta el legado de grandes figuras que han dejado su huella imperecedera en la historia. Cirilo Villaverde legó Cecilia Valdés como testimonio fiel de las injusticias cometidas durante el colonialismo, en una época donde Cuba no le pertenecía al criollo.

«Ha muerto tranquilo, al pie del estante de las obras puras que escribió (…) con el inefable gozo de no hallar en su conciencia, a la hora de la claridad, el remordimiento de haber ayudado, con la mentira de la palabra ni el delito del acto, a perpetuar en su país el régimen inextinguible que lo degrada y ahoga», apuntaba el Héroe Nacional José Martí el 30 de octubre de 1894, en el periódico Patria, a solo días de su muerte.

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