
Se veía venir –por oportunista y racista–, pero el estreno del último Rambo ha generado críticas tan rotundas que no son pocos los que la vislumbran como la máxima aspirante a los premios de «lo peor del año».
Hasta los fieles admiradores del símbolo «americano» se aguantan la lengua a la hora de valorarla por aquello de que «no hay por dónde agarrarla». Insulsa, melodramática, sangrienta, barata, megalómana, un desastre, son algunos de los calificativos para Rambo, última sangre, el más reciente intento de Sylvester Stallone por seguir a tono con fórmulas prepotentes del sistema que él niega estar recreando cuando se le pregunta, pero que no ha dejado de enarbolar a lo largo de su carrera, en especial Rambo y la serie Los mercenarios (la frontera con México, y mexicanos narcotraficantes «muy malos» que el veterano de Vietnam masacrará, es ahora el pretexto para dispararse).
Hace unos días dimos cuenta, en estas mismas páginas, de las expectativas levantadas por Stallone en las redes sociales ante el inminente estreno de su filme. Ahora no habría mucho más que decir luego de lo expresado por el escritor de origen canadiense y residente en Estados Unidos, David Morrell. Él fue el creador de John Rambo en una novela dada a conocer en 1972, cuya trama giraba en torno a un soldado que luego de regresar de la invasión a Vietnam sufría un estrés bélico. Diez años después se filmó una interesante película a la que se le cambió el final: Rambo, en lugar de morir, al igual que en la novela, quedaba con vida, como una posibilidad sin límite para retomar el personaje.
¿Pero cuál fue la reacción del padre de la criatura novelística tras ver este último filme de Stallone? De entrada, el prolífero David Morrell estuvo de acuerdo con todas las malas críticas recibidas por el filme. Y escribió en Twitter: «La película es un desastre. Me avergüenza que mi nombre se asocie con ella».
Más tarde le confesaría en una entrevista a Newsweek: «Me sentí degradado y deshumanizado cuando salí del cine. En vez de tener alma, a esta película le falta. Sentí que era menos humano después de verla y hoy día ese es un mensaje que no se debería transmitir. Es ultraviolenta, típica de los 70, al estilo grindhouse*. Los sets parecen baratos y la dirección es muy rara… Nadie, por debajo de los 40 años, va a entender qué c… está pasando en esos túneles».
Hoy no son pocos los medios que difunden el epitafio fílmico con que el escritor entierra, de una vez, al personaje de su mejor novela.
*Filmes de bajo presupuesto, violentos en extremo, arrogantes, ilógicos, con terror y sexo.
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maguero dijo:
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25 de septiembre de 2019
08:53:53
Lucía dijo:
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25 de septiembre de 2019
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Me encanta Barbara Eden dijo:
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25 de septiembre de 2019
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jaws dijo:
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25 de septiembre de 2019
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25 de septiembre de 2019
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30 de septiembre de 2019
13:38:55
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