«El verdadero artista es aquel que es capaz de echar hasta su propio arte a la hoguera para salvar la llama de la Revolución», dijo Fidel Castro Ruz.
Hoy cuando celebramos este 18 de febrero el Día del Instructor de Arte, las palabras de nuestro Comandante en Jefe cobran una mayor fuerza y guían la labor que están llamados a realizar los cerca de doce mil profesores instructores de arte –de las diferentes manifestaciones artísticas– que laboran en las Casas de Cultura y en los centros docentes de todo el país.
Los profesores instructores de arte, de por sí artistas, son faro de luz de la enseñanza. Y en su tarea de llevar el conocimiento del arte a niños, jóvenes y adultos, ya sea a través de la apreciación o de la creación, habrán de prepararlos para servir también a la Patria. En el ejemplo de Olga Alonso tiene este ejército de soldados del arte el deber de mantener en alto su obra, marcada por un altísimo grado de responsabilidad con la cultura de su país, la que abrazó cuando respondió al llamado que hizo Fidel a los jóvenes, en 1960, a incorporarse a enseñar el arte en las granjas y cooperativas de todo el territorio nacional.
Con solo 19 años, Olga, no dudó en responder al llamado del líder de la Revolución y se incorporó como instructora de teatro en la granja Mártires de Fomento, de la antigua provincia de Villa Clara, donde la ubicaron. Allí, encontró la muerte en un accidente, pero quedó su obra marcada en la creación de grupos de aficionados con niños y adultos, en la campañas de buen hablar que realizó entre los campesinos, en la creación de los Consejos Populares de Cultura. Además, se integró, como maestra, a las aulas de seguimiento y desarrolló tareas dedicadas a preparar a los jóvenes con mayores posibilidades como monitores y así extender las diferentes ramas del arte. También, fundó bibliotecas.
Martianos, los profesores instructores de arte también le rinden merecido tributo al «Maestro» con la brigada que tan dignamente lleva su nombre y que está cumpliendo 15 años de labor en este 2019. Martianos sí, porque hasta allí donde no hay todavía una llamita de luz, o la más pequeña de ella, llegan ellos, convertidos en verdaderos Quijotes de la literatura, la música, la danza, las artes plásticas y el teatro, protagonizando verdaderas historias de vida y amor por lo que hacen.
De sus manos durante todos estos años han surgido grandes artistas, ellos son los primeros en descubrirlos y darles sus primeras herramientas. Ellos han formado cientos, miles de poetas, bailarines o bailadores, músicos, actores, escultores o pintores. Y quienes no han llegado a la cima al menos han aprendido a ver la vida con otros colores. Basta para sentirse amante del arte y la cultura.
Gracias a los instructores de arte Cuba cuenta con un gran ejército de artistas del pueblo. Por eso también cobran hoy más fuerza que nunca las palabras de nuestro indiscutible líder cuando escribió: «La Revolución no pretende ni pretenderá jamás asfixiar al arte y la cultura, pues uno de sus propósitos fundamentales es desarrollar el arte y la cultura, justamente para que el arte y la cultura se conviertan en poderosas armas de defensa de la Revolución misma».
COMENTAR
Responder comentario