La gloriosa Federación Estudiantil Universitaria (FEU) festeja el aniversario 95 de su creación, hecho histórico que tuvo lugar el 20 de diciembre de 1922, bajo la impronta de un indoblegable y lúcido joven: Julio Antonio Mella.
A partir de entonces, su lugar en la historia cubana está ligado a páginas heroicas en la lucha contra los males de toda índole que provocaron los desgobiernos que padeció nuestra patria durante el bochorno republicano, hasta el 1ro. de enero de 1959. Combates frontales, golpizas y mucha sangre derramada, por héroes y mártires, jalonaron el largo camino. Pero en él figuran, con especial relieve, también sus luchas por lograr que ciencia y conciencia fueran metas siempre a conquistar, mediante la riqueza espiritual que brindan las manifestaciones del arte y la cultura.
En 1946, al crearse la Dirección de Cultura de esa organización, se abrió un hermoso sendero que han abonado y cultivado las diferentes generaciones de estudiantes que se han sucedido desde entonces. El hoy Ballet Nacional de Cuba, al crearse el 28 de octubre de 1948, encontró en la FEU al aliado más cercano y fiel, capaz de comprender la envergadura de lo que entonces muchos creyeron una utopía o una irrealizable quimera. Juntos emprendieron la conquista de la gran meta: sembrar el arte del ballet en las entrañas del pueblo cubano.

«Nuestras preocupaciones –afirmaba una declaración de la FEU , el 26 de enero de 1949, con motivo de un homenaje a Alicia Alonso y al Ballet, poco antes de emprender su primera gran gira por toda Latinoamérica– son las de los que saben que los pueblos alcanzan la meta de civilidad cuando en ellas el arte, en cualesquiera de sus distintas manifestaciones, tiene cabida, se considera como cuestión fundamental y como medio de afinar la sensibilidad para lograr una mayor compenetración entre los hombres».
Frente a incomprensiones, desmanes y agresiones, nuestro Ballet tuvo en la FEU a su aliado mayor y aquella en el novel empeño, la certeza del futuro grande que aguardaba a esa manifestación artística en la cultura cubana. Puede afirmarse, con absoluta certeza, que nuestra compañía no hubiese sobrevivido en el periodo anterior al triunfo de la Revolución, sin el apoyo visionario, decidido e incondicional, que le brindó la FEU .
El Estadio de la Universidad de La Habana fue la sede de las funciones masivas que allí se celebraron; de representaciones tan trascendentes como las de El lago de los cisnes y Giselle, en los Festivales de Arte Universitario, de 1954 y 1955; bajo el aliento de José Antonio Echevarría y otros preclaros dirigentes estudiantiles y muy especialmente, del Homenaje Nacional de Desagravio a Alicia y el Ballet, el 15 de septiembre de 1956, en repudio a la agresión de que ambos habían sido víctimas por parte de la tiranía batistiana, donde la voz de Fructuoso Rodríguez se hizo oír, como clamor de todo un pueblo, hastiado de tanta sangre e injusticia.
Esa noche Alicia recibió un ramo de rosas rojas que nunca se han marchitado, porque la FEU las renueva en cada aniversario y en cada nueva generación que la corporiza. Este 22 de diciembre, «el matrimonio feliz», como Alicia ha definido esa histórica relación, volverá a reunirse, en la Gala especial que se celebrará en el Gran Teatro de La Habana que lleva el nombre de nuestra insigne bailarina. Será una noche de reencuentro, de reafirmación y de comunión espiritual, en la que héroes y mártires compartirán con «los pinos nuevos», el regocijo de un deber cumplido.
* Historiador del Ballet Nacional de Cuba.
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